Estudio cuantifica impacto de la electromovilidad en el transporte público de Santiago

Según los resultados, el reemplazo de buses diésel ha generado ahorros significativos de energía, con estimaciones que muestran un ahorro diario de hasta 400,000 kWh, al sustituir 1.000 de estos vehículos por sus contrapartes eléctricas.


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El sistema de transporte público de Santiago (Chile), lidera la transición hacia la electromovilidad a nivel regional, siendo la ciudad fuera de China con más buses eléctricos a nivel mundial.

En este contexto, un estudio reciente liderado por el investigador Franco Basso del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) y académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), cuantificó el impacto de la presencia de este tipo de buses en la eficiencia energética para la capital.

La investigación, correspondiente a la tesis de Magíster en Ingeniería Industrial PUCV de Brian Vidal, determinó además los recorridos y zonas de la ciudad donde conviene reemplazar buses a combustión fósil por eléctricos en el futuro.

Según los resultados, el reemplazo de buses diésel por buses eléctricos ha generado ahorros significativos de energía, con estimaciones que indican un ahorro diario de hasta 400,000 kWh, al sustituir 1.000 de estos vehículos por sus contrapartes eléctricas. Las variables que tienen mayor impacto en la eficiencia energética son la utilización de aire acondicionado, frenados bruscos, masa del bus y los pasajeros, pendiente de la ruta, entre otras. Además, se detectó que los recorridos que se mueven de poniente a oriente son aquellos que tienen un mayor beneficio potencial en términos de eficiencia energética.

“A diferencia de otras investigaciones, nosotros evaluamos consumo energético bus por bus, estimando la cantidad de personas que un día en particular estuvieron en cada uno de los vehículos y tomando en consideración el modo de conducir de los choferes de la red, de modo de poder cuantificar cómo estos distintos modos de conducir y distintas situaciones geográficas tienen un impacto en el consumo energético. Dentro de las variables que tienen mayor impacto se pueden mencionar el uso del aire acondicionado, frenados bruscos, masa del bus y los pasajeros, pendiente de la ruta, entre otras”, mencionó Basso.

Además, el investigador resaltó la importancia de considerar variables con alta granularidad y de implementar modelos de aprendizaje automático sofisticados para una evaluación más precisa del consumo de energía. Lo anterior difiere de esfuerzos previos que se concentraron principalmente en estimaciones basadas en experimentos en condiciones controladas.

“Este estudio es pionero pues, además de estimar el consumo energético para toda la flota, señala los recorridos donde existe un mayor beneficio potencial para nuevas renovaciones de buses. Dentro de los principales hallazgos se detectó que los servicios que van de oriente a poniente (y viceversa) son los que tienen mayor potencial de reducción en el consumo energético, probablemente debido a la pendiente”, afirmó el académico.