«En un escenario de cero neto, se espera que los vehículos eléctricos constituyan el 60% de las ventas mundiales de vehículos para 2050». Así lo indica un informe de EY, donde se destaca el rol que tiene la incorporación masiva de energías renovables y otras tecnologías como el almacenamiento, big data, blockchain e internet de la cosas, para mejorar la gestión de estos sistemas, mediante una mayor flexibilidad.

«El ritmo de la transición de energía ya está cambiando radicalmente el comportamiento. Los usuarios residenciales están encontrando hoy en día soluciones de energía solar y de almacenamiento en batería cada vez más competitivas con la energía suministrada por la red. Mientras tanto, las empresas están celebrando acuerdos de compra de energía a largo plazo (PPA, por sus siglas en inglés) con generadores independientes, en lugar de con empresas de servicios públicos, para asegurar el suministro renovable. El resultado es que más consumidores dependen menos de la red tradicional y la aparición de un sistema de energía más distribuido», indica el documento.

Electrificación

De acuerdo con el análisis de la consultora, «la electrificación de los edificios, la calefacción, los centros de datos y el cambio económico general de las industrias pesadas a las más ligeras también están añadiendo una nueva carga considerable al sistema de energía».

«Pero es la electrificación del transporte lo que promete un verdadero cambio de escenario. Las mejoras tecnológicas equipararán el rendimiento y el precio de los vehículos eléctricos con el de vehículos de motor de combustión interna ya a mediados del decenio de 2020, mientras que las políticas públicas y los mandatos políticos están impulsando la adopción de los vehículos eléctricos. De hecho, en un escenario de cero neto, se espera que los vehículos eléctricos constituyan el 60% de las ventas mundiales de vehículos para 2050», se señala.

Flexibilidad

Según EY, el desarrollo de la flexibilidad permitirá repensar la generación, mediante recursos distribuidos. «También significará comprometerse directamente con los desarrolladores de energías renovables a través de los PPA».

Además, permitirá identificar nuevos mecanismos de financiamiento: «La transición energética será compleja y costosa para las compañías de energía. Tendrán que obtener nuevos fondos y trabajar con los reguladores para elaborar marcos que sean lo suficientemente flexibles como para alentar y recompensar la inversión en un sistema basado en un alto nivel de energías renovables, así como asegurarse de que todos los participantes en el mercado reciban los resultados más eficientes, rentables y justos».