Hershey: la reliquia de tren eléctrico que deslumbra en Cuba

Red ferroviaria data de 1916.


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Debido a sus condiciones histórica, el país caribeño de Cuba presumen de contar con una serie de reliquias que ha podido mantener en el tiempo y, a la luz de hoy, se transforman en testimonio activo de glorias pasadas. Una de estas es el tren eléctrico de Hershey.

Devenido en pieza digno de museo, el único tren eléctrico en la isla cubría la ruta Habana-Matanzas a través de los 98 kilómetros que separan a ambas ciudades. Popularmente se le conoció por ese sobrenombre porque la vía atraviesa por el poblado homónimo de la actual provincia de Mayabeque.

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Historia

El magnate estadounidense Milton Hershey, conocido también como el Barón del Chocolate, compró en 1916 poco más de 24.ooo hectáreas de tierra fértil en aquella zona. El entonces recién nombrado poblado de Hershey pronto alcanzó notoriedad por su próspera actividad económica. Fue en 1916 cuando la Corporación Hershey de Pensilvania construyó una red ferroviaria eléctrica de 135 kilómetros para transportar las mercancías y los trabajadores que demandaba el Central de Hershey, pero no fue hasta 1940 en que el popular tren eléctrico comenzó a trasladar pasajeros con 17 coches en circulación.

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Después de la Segunda Guerra Mundial, el grupo Hershey vendió sus propiedades a la Cuban Atlantic Sugar Company que en 1957 las revendió al magnate Julio Lobo, uno de los zares de la sacarocracia en la etapa latifundista. Por corto tiempo, Lobo se adjudicó el tren eléctrico.

Hoy el conocido tren de Hershey no circula y es solo una imagen en la memoria desde que el 1 de mayo de 2017, en horas del mediodía y con unos cien pasajeros a bordo, partió de la ciudad de Matanzas con destino a Casablanca, en La Habana. Fue la última vez que los matanceros vieron el legendario convoy.