La mirada desde la Ingeniería: retos y oportunidades para las empresas como plan de contingencia ante el COVID-19

Francisco Martin, presidente de la AIC, detalla los beneficios que considera esta modalidad de trabajo, aunque también advierte sobre sus limitantes y tareas pendientes, con miras a su correcta implementación.


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Ante la emergencia sanitaria que se vive en Chile, debido a la propagación del coronavirus, las empresas han implementado diversas medidas de prevención, con el fin de disminuir los riesgos de contagio, siendo una de las medidas más recurrentes el teletrabajo.

Francisco Martin, presidente de la Asociación de Empresas Consultoras de Ingeniería de Chile A.G. (AIC), menciona que “las sensibilidades respecto de las medidas que se deben tomar frente al Covid-19 son diversas. Sin embargo, existe consenso en que todos debemos hacer lo que esté a nuestro alcance para frenar la propagación de la enfermedad, evitando así lo que se está viviendo en Italia y España”.

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En este sentido, detalla que “hay muchas empresas de servicios que pueden mantener sus operaciones trabajando remotamente. Tanto es así, que tenemos información de algunas que están trabajando 100% en forma remota y cerraron sus oficinas. Esas empresas están aportando a detener la pandemia sin paralizar la economía, es negocio redondo”.

El profesional resalta que el actual escenario sanitario “nos ha obligado a implementar masivamente planes de contingencia que teníamos preparados para otro tipo de situaciones y los resultados son muy alentadores, ya que se abre un mundo de posibilidades para las eficiencia y capacidad de las empresas, y la calidad de vida de sus colaboradores. Es cosa de ponerse a pensar; las oportunidades son infinitas”.

Aspectos por una buena implementación

Más allá de los beneficios que contempla esta modalidad de trabajo, Francisco Martin asegura que para una buena implementación es necesario abordar una serie de aspectos, como por ejemplo el cultural.

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“Los trabajadores y sus familias deben asimilar esta nueva posibilidad. No es cosa de llegar a la casa, abrir la laptop y ponerse a trabajar. Se requiere de un ambiente adecuado y un espacio físico que cumpla con un estándar mínimo y sabemos que dichas características no están presente en la casa de todo el mundo, pero que se irán generando en la medida que avancemos en la modalidad”, asegura.

A ello se suma el que “hoy existe un vacío gigante en materia de seguridad para el trabajador que presta servicios en forma remota, así como en la forma de ejercer un control efectivo del trabajo realizado. Este es un factor que diferentes actores -incluido nosotros-, vienen repitiendo desde hace mucho y que lamentablemente el parlamento no se ha hecho cargo”.

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Junto con ello, el presidente de la AIC recuerda que “debemos contar con servicios domiciliarios de Internet que respondan a las necesidades del tipo de trabajo que realiza cada miembro del equipo. La mayor dificultad que hemos experimentado en estos días ha ido en esta línea, donde algunos colaboradores han tenido serios problemas de transferencia de datos debido a un servicio de banda ancha que resulta insuficiente para la tarea que desarrollan. Este es quizá el problema más difícil, ya que es el menos influenciable, dada la dependencia de las factibilidades tecnológicas de cada prestador para cada caso particular”.

Factores a considerar

Considerando los factores que inciden en el correcto desarrollo de esta forma de trabajo, el presidente de la Asociación de Empresas Consultoras de Ingeniería de Chile considera que “la razón por la que el sector ingeniería está mejor preparado para el teletrabajo, es porque cuando estamos en nuestras oficina también estamos haciendo teletrabajo y lo hemos hecho por años, sin habernos dado cuenta. La forma de trabajar en nuestro sector, la forma en que nos interrelacionamos es exactamente la misma, independiente si nos separan dos metros, dos kilómetros o 20.000 kilómetros (aunque si molestan un poco los husos horarios, acota)”.

Aunque en contrapartida, la desventaja que se ha detectado “es una disminución en la capacidad creativa del equipo de trabajo. La creatividad aflora maravillosamente de la interrelación entre los diferentes miembros del equipo y es por ello que podemos ver en algunas compañías modernas como Google y otras tecnológicas, elementos que habrían resultado impensables hace 15 o 20 años, como mesas de taca-taca, conversatorios, reposeras, entre otros. En diseño de ingeniería tener separada a nuestra gente nos pega fuerte a la creatividad, en lo innovadora de la solución,  por lo que el teletrabajo no puede ser para siempre, lo oficina no es eliminable”.