Minería verde y el uso de energías renovables

María Isabel González

Gerenta general de Energética.

La minería ha sido un gran impulsor de las energías renovables en Chile. Así  lo demuestran los datos duros. Como sabemos, el mercado eléctrico chileno es de contratos, lo que significa que el desarrollo de proyectos se basa en la suscripción de acuerdos de suministro de energía con clientes, sean estos libres o regulados (a través de las distribuidoras).

Tempranamente, las empresas mineras comenzaron a firmar contratos con desarrolladores de energías renovables, lo que les permitió acceder a financiamiento. Así por ejemplo, en 2012, Codelco Norte impulsó la construcción de la primera planta fotovoltaica en Chile, Calama Solar. Del mismo modo, lo hicieron Minera los Pelambres y Minera Doña Inés de Collahuasi en 2014 con plantas eólicas y fotovoltaicas, respectivamente.

Luego de ello podría enumerarse una importante cantidad de proyectos de generación, tanto eólicos como fotovoltaicos, los cuales han sido llevados a cabo gracias a contratos suscritos con Minera AngloAmerican, BHP, Minera Antucoya, Zaldívar, Minera Candelaria, Enami, Minera Caserones, entre otras.

Es así como, entre enero y noviembre del año pasado, el 16% de la generación total ha sido con energía fotovoltaica y eólica. Adicionalmente, de los más de 7.000 MW de capacidad instalada que se encuentran en construcción, más de 3.000 MW corresponden a proyectos solares fotovoltaicos y más de 2.000 MW a iniciativas eólicas. Una tendencia simular ocurre con los proyectos que tienen aprobación ambiental que en su mayoría contemplan el uso de estas tecnologías.

Por otra parte, existen interesantes sinergias entre el desarrollo de las energías renovables y la minería, debido a que el cobre es un elemento esencial en los proyectos de generación eléctricos y en particular para los denominados ERNC (Energías Renovables No Convencionales). Por ejemplo, una central convencional requiere alrededor de 1 tonelada de cobre para producir un MW de electricidad, mientras que la eólica necesita entre  3 y 5 toneladas por MW para construir las turbinas.

Es una realidad que las tecnologías solares y eólicas requieren más minerales que las convencionales. De hecho el Banco Mundial estima que la demanda total de minerales necesarios para la transición energética podría triplicarse hacia 2050, con lo cual se seguirá el camino para que la industria minera reduzca sus emisiones, mediante el uso de tecnologías renovables.