Futuro de la electromovilidad en Chile

Allan Schulder

Country Manager Chile y Paraguay – Biz Latin Hub Group

Chile es uno de los países más importantes en cuanto al desarrollo de la electromovilidad en América Latina. La combinación de algunas industrias específicas con las estrategias planteadas por el gobierno crea un ambiente propicio y próspero para que el país de un paso más hacia la electromovilidad, lo que le permitirá convertirse en el líder y pionero de este sector en la región.

El gobierno chileno ha dado los primeros pasos tomando algunas decisiones y creando regulaciones y normativas que invitan a la industria automotriz a desarrollar tecnologías de transporte más limpias y eficientes, incentivando la electromovilidad en el país, con miras especialmente al sector del transporte público.

Los beneficios y posibilidades de este mercado son enormes. El cambio en políticas y la proyección metas específicas en esta área incentivan el uso de fuentes de energía sustentables por parte de los ciudadanos e impulsa a las empresas públicas y/o privadas a ver una nueva oportunidad de negocio. Es así que el Gobierno Chileno ha desarrollado un plan de cinco pilares para cumplir estas metas, incluyendo:

  • Mejorar la regulación y estandarización de la industria
  • Impulsar decididamente la penetración de los vehículos eléctricos (Transporte público)
  • Fomento de la Investigación y Desarrollo de Capital Humano en la industria
  • Impulso inicial al desarrollo de la electromovilidad
  • Transferencia de conocimiento y difusión de información necesaria

Beneficios como eximir a los vehículos eléctricos de la restricción vehicular en la Región Metropolitana y del impuesto verde, además de algunos subsidios; son algunos de los incentivos con los que se desea alcanzar la meta de reducir la demanda energética no sostenible en un 20% para el 2025. De cumplirse a cabalidad, en las próximas décadas Chile será el líder en el sector y tendrá una ventaja competitiva en ese mercado siendo el único país en Latinoamérica capaz de adoptar la electromovilidad y cubrirla desde todos los ángulos.

La amplitud del mercado ofrece oportunidades para una variedad de industrias desde la obtención de materias primas indispensables (cobre, litio y cobalto), transformación, producción y distribución. Gracias a las reservas de cobre y litio que posee el país, la industria minera se beneficiará enormemente siendo estos minerales recursos fundamentales para el desarrollo de la electromovilidad, lo que impulsará la demanda de estos inmensamente. Las inversiones y empresas que se desarrollan en el sector serán esenciales para el futuro energético y de transporte en el país.

Aunque habrá muchas ventajas, se debe tener en cuenta los obstáculos que este gran reto implica para el futuro de la movilidad chilena.  Primero, los altos costos de los vehículos eléctricos actualmente. Si se compara con el salario anual de la mayoría de los chilenos, el valor de un carro eléctrico, el más económico, puede llegar a costar alrededor de US$21,630 mientras que el salario anual promedio de un chileno es de USD $4,920. Si el gobierno no subvenciona la industria, su meta será casi imposible de realizar.

La falta de estaciones de carga para este tipo de vehículos es otro obstáculo claro. Actualmente en el país hay 40 estaciones de carga y 20 de ellas están ubicadas en Santiago. Si el país se proyecta a ser uno de los pioneros y potencias en este campo, se debe invertir en mayor infraestructura, una oportunidad de mercado abierta para emprendedores e inversionistas interesados.

Por otra parte, el crecimiento en las apps de transporte sostenible a través de scooters o bicicletas eléctricas supone para el gobierno un reto en cuanto a la regulación/legislación de las actividades relacionadas con la industria.

Es evidente que, frente al problema de la contaminación, la electromovilidad se presenta como una de las soluciones más viables. Sin embargo, para llegar a la meta establecida los sectores públicos y privados del país deben realizar un trabajo conjunto. Deben existir incentivos de tipo económico, tributario y concesionales, que inviten a otros sectores, empresas y emprendedores a unirse a la ola de la movilidad urbana inteligente, la cual mejorará la productividad de la industria del país y brindará mejor calidad de vida para todos los chilenos.

De ser así, Chile se convertiría en uno de los líderes mundiales en el uso de tecnologías sustentables, un modelo a seguir para la región y un facilitador para implementar la electromovilidad en otros países de Latinoamérica. No se puede ver al país solo como productor interno. La electromovilidad es un mercado completo que puede abrir puertas en todos los rincones del globo, en un futuro, convirtiendo al país en uno de los principales exportadores no solo de la materia prima para la electromovilidad sino de la creación alrededor de toda una industria.