El rol de la industria en la movilidad eléctrica

Rodrigo Salcedo, subgerente corporativo de Electromovilidad de Emasa

Subgerente corporativo de Electromovilidad de Emasa

Uno de los desafíos de las industrias es tener procesos sostenibles y eficientes en el tiempo, en donde la innovación y la movilidad eléctrica juegan un rol clave para cumplir gran parte de estos desafíos, aprovechando los avances tecnológicos en la materia.

En las grandes compañías, ha habido una transformación industrial entorno a la innovación en la movilidad eléctrica, aprovechando los beneficios de la fácil incorporación de sensores y nuevas piezas de hardware, que aportan información relevante para eficientar procesos que mejoran el ciclo productivo y la seguridad.

Los beneficios más conocidos son: la disminución de emisión de gases de efecto invernadero, mejora en la calidad del aire, disminución en generación de residuos peligrosos, independencia de combustibles fósiles, disminución de costos de transporte y movimiento de carga, niveles de ruido y vibración significativamente más bajos, menor costo de mantención y, según el rubro, destacan beneficios externos, como en la minera una menor inversión en ventilación subterránea y en la cadena de suministro; mejores operaciones logísticas en espacios cerrados, zonas donde se almacenan productos inflamables, cámaras de frío, entre otros.

Pero, ¿estamos aprovechando todos los beneficios y oportunidades de la electromovilidad?

Desde la perspectiva de los equipos de movimiento de carga eléctricos, considerando batería y cargador, es clave la capacidad de crear e innovar, para beneficiarse de los nuevos complementos eléctricos que vienen integrados y que se transforman en herramientas útiles para impulsar aún más los beneficios de la electromovilidad.

Por ejemplo, y dependiendo del nivel de implementación con otras tecnologías, se pueden implementar sensores con el objetivo de aumentar la eficiencia y mejorar la forma de operar, ya sea en un bus, una grúa o en una excavadora subterránea, a través de sensores que midan la variación del consumo eléctrico en los motores, zonas de impacto, medición de consumos, porcentajes de descarga, entre otras variables.

En el caso de la incorporación de módulos IoT (Internets of Things), se puede lograr una integración más profunda entre la electromovilidad, las cosas (el entorno, otros equipos y las personas) y aplicaciones de sistemas de gestión.

A su vez, la implementación de sensores en cargadores y baterías (idealmente de litio) permite administrar la energía modificando parámetros de consumos energéticos para optimizar su funcionamiento.

La transformación a la movilidad eléctrica en las diferentes industrias es clave para impulsar la entrada de nuevos actores, soluciones y servicios que promuevan eficiencia operativa, energética y sostenibles en el tiempo.