Capital humano: el desafío de capacitar a personas que se harán cargo de los desafíos energéticos del futuro
Fue una de las aristas que abordó Viviana Ávalos, directora sectorial de Energía y Sustentabilidad de Inacap en conversación con este medio, donde también repasó los desafíos en el sector académico, la inclusión de la electromovilidad y la generación distribuida en la educación.
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Generación distribuida, electromovilidad, industria dinámica, capital humano y la evolución curricular fueron algunas de los puntos que conversó Viviana Ávalos, directora sectorial de Energía y Sustentabilidad de Inacap, en entrevista exclusiva con este medio.
La directora adelantó que -por ejemplo- en materia de electromovilidad, desde el año 2017 son parte del primer Acuerdo Público-Privado de Electromovilidad y desde entonces han trabajado en profundizar el compromiso con esta. Asimismo, destaca que la inclusión de la generación distribuida ha abierto oportunidades al sector educacional, en términos de poder formar no solo para trabajar en proyectos de gran escala sino para que los egresados puedan emprender y crear su propia empresa de proyectos solares fotovoltaicos para el autoconsumo.
¿Cuál percibe que es la principal voluntad de las generaciones más jóvenes en buscar una carrera en el sector energético?
Hoy día las generaciones más jóvenes tienen un alto interés por el cuidado del medioambiente, siendo parte cada vez más activa de las soluciones frente al cambio climático, como la generación de energías limpias.
El sector energético se aprecia como un sector de grandes oportunidades, al ser dinámico, con gran inversión extranjera, y que, aunque hagamos muy bien las cosas desde el punto de vista de consumo eficiente de la energía, siempre se va a necesitar más energía. Por lo tanto, siempre se va a necesitar a más personas que quieran trabajar en este sector.
El trabajo en el sector puede ser percibido como significativo por los jóvenes, pues la energía desde fuentes renovables no solo contribuye a mejorar la vida de las personas, reduciendo la brecha de desigualdad y generando sociedades más justas, sino que orienta el desarrollo de nuestras comunidades hacia una vida más sostenible.
Por todo ello, me parece muy importante lograr, desde la educación, que se potencie ese interés acompañando a los estudiantes en su proceso formativo. Y por lo mismo, aprovechar de invitar a las mujeres a formar parte del sector energía, que se atrevan a integrar este sector que tradicionalmente ha sido dominado por hombres, y donde nuestro aporte es fundamental.
Esa es precisamente la mirada y el foco de INACAP. Bajo el lema “Formar para Transformar” buscamos consolidarnos como líderes en la formación Técnico-Profesional y en la Educación Continua. Apuntamos a potenciar ese liderazgo a través de un Modelo Educativo que releva las trayectorias formativo-laborales, las que buscan articular los distintos tipos y niveles de formación, dando respuesta a los desafíos tecnológicos, demográficos y empresariales existentes y por venir, y reforzando el vínculo con el sector productivo y de servicios. Así damos respuesta a jóvenes que quieren ser protagonistas de los cambios que estamos viviendo y no quedarse atrás en esto. Por eso es importante que se les acompañe y entregue las herramientas desde la Educación Media Técnico Profesional, hasta el momento en el que ingresan a la Educación Superior, también ofreciéndoles continuar sus estudios una vez egresados de ésta.
¿Cuáles cree que han sido los desafíos técnicos en la formación de profesionales en una industria que está en constante evolución y cambios?
Justamente el dinamismo de esta industria ha generado una necesidad de potenciar aún más la enseñanza en estas áreas. El potencial que tiene Chile en energías renovables a gran escala es importantísimo, al igual que el desafío que impone la eficiencia energética, sobre todo considerando la demanda de capital humano que será necesaria en los próximos años para descarbonizar la matriz energética, lo cual provocará que los técnicos y profesionales deban adquirir nuevas capacidades constantemente. Esto ha sido y seguirá siendo el mayor reto: capacitar a estas personas que se harán cargo de los desafíos energéticos del futuro y que poco a poco están acercándose.
¿Qué proyecciones hace respecto a las carreras y el sector académico en el desarrollo de los objetivos de descarbonización?
Desde INACAP creemos que serán muy relevantes las opciones que se le entreguen a los estudiantes, en el sentido de tener varias carreras para elegir y que se adapten a la oferta energética actual del país, la cual es muy amplia. Este será un aspecto muy necesario para las diferentes casas de estudio en el sentido de no quedarse en enseñanzas del pasado.
Como comentamos, nuestro Modelo Educativo fortalece el compromiso con el desarrollo de trayectorias formativo-laborales, las que buscan articular los distintos tipos de formación y dar respuesta a los desafíos tecnológicos, demográficos y empresariales existentes y por venir, reforzando el vínculo con el sector productivo y de servicios.
Por lo anterior, contamos con una carrera técnica (Técnico en Energías Renovables) dedicada a la instalación y mantención de proyectos solares y eólicos, así como supervisión de proyectos de energías renovables y eficiencia energética; una carrera profesional (Ingeniería en Energía) que involucra gestión en lo anterior y eficiencia energética; y un Diplomado en Eficiencia Energética para la Industria 4.0. Todos estos programas apuntan a generar competencias en nuestros estudiantes y a prepararlos para el proceso de descarbonización de la matriz en Chile. Las carreras se imparten en 11 Sedes, de Iquique a Punta Arenas.
Somos la primera institución en basar el diseño de las carreras en el poblamiento en energía del Marco de Cualificaciones Técnico Profesional, lo cual asegura la pertinencia de nuestras carreras y su integración con las necesidades del sector productivo.
¿Cómo ha irrumpido el rápido crecimiento de la electromovilidad en la formación de capital humano?
Esto viene a sumarse a los desafíos que ya se venían dando. Chile estaba ya en un proceso de adaptación a estas nuevas formas de generar energía, y con la electromovilidad irrumpiendo rápidamente se tuvo que adaptar todo el escenario para dar con la enseñanza y preparación adecuadas. Como INACAP, queremos ser parte de la solución, entregando a nuestros jóvenes una educación pertinente y de calidad, y a la sociedad, profesionales que sean capaces de tomar los grandes desafíos del futuro.
Asimismo, somos parte desde el año 2017 del primer Acuerdo Público-Privado de Electromovilidad y desde entonces hemos profundizado nuestro compromiso con ella. En el Área Mecánica, enseñamos electromovilidad en 23 Sedes a lo largo del país –todas con vehículos eléctricos y equipamiento correspondiente–, contamos además con un Diplomado en Electromovilidad. Hemos también actualizado nuestros programas de electricidad para preparar a los profesionales en proyectos e instalación de los puntos de carga que se requieren. También hemos realizado programas de capacitación al personal de asistencia en ruta, y estamos realizando un proyecto para optimizar el funcionamiento de las baterías de ion litio mediante la gestión de rutas con inteligencia artificial.
¿Qué equipamiento cree pertinente y necesario para formar a los futuros profesionales de la industria energética?
Bajo el lema de “Aprender haciendo”, en INACAP contamos con equipamiento de primer nivel para facilitar el proceso de enseñanza y aprendizaje de nuestros alumnos y prepararlos para el mundo laboral.
En el caso de las nuevas carreras en energía, contaremos con laboratorios de energía con equipamiento para las asignaturas de especialidad eléctrica y eficiencia energética, así como también maletines y bancos de entrenamiento de energía eólica y solar. Una gran ventaja es que utilizamos el mismo equipamiento que ha diseñado el Ministerio de Energía con la Agencia de Sostenibilidad Energética para su programa de capacitación en energía solar fotovoltaica para liceos de Educación Media Técnico Profesional con especialidad de electricidad, lo cual nos da la garantía de la pertinencia y usabilidad de los equipos.
Asimismo, contaremos con un patio didáctico con una instalación solar fotovoltaica, para que los alumnos puedan realizar la instalación, mantención y supervisión y seguimiento de este tipo de proyectos. También toma gran relevancia el uso de softwares, y a futuro los simuladores de espacios virtuales, para acercar a los alumnos a espacios que de otra manera no serían accesibles en aula.
¿Cómo ha cambiado la formación curricular en Chile debido a la inclusión de las energías renovables, tecnologías e innovaciones?
En INACAP nace la Dirección Sectorial de Energía y Sustentabilidad, con el objetivo de preparar a técnicos y profesionales para afrontar los desafíos que impone la meta de carbono neutralidad al año 2050 a la que Chile se ha comprometido, acorde a las necesidades de los sectores productivos y de servicios y del territorio. Por ejemplo, recientemente firmamos un convenio con AES Chile para potenciar nuestra formación en energías renovables, incluyendo también el hidrógeno verde.
Nuestra oferta formativa se va actualizando constantemente de acuerdo a los desafíos y al trabajo muy directo que tenemos con el sector productivo y de servicios. Asimismo, a través de nuestros electivos vamos incorporando las tecnologías e innovaciones, como almacenamiento de energía, bombeo solar fotovoltaico, sistemas solares térmicos, sistemas de climatización eficiente, economía circular y huella de carbono, transformación digital, y passivhaus y construcción eficiente, entre otros.
¿Cuáles han sido los cambios en el sector educacional con la inclusión de la generación distribuida?
La generación distribuida ha abierto oportunidades al sector educacional, en términos de poder formar no solo para trabajar en proyectos de gran escala sino para que los egresados puedan emprender y crear su propia empresa de proyectos solares fotovoltaicos para el autoconsumo.
El Técnico en Energías Renovables y el Ingeniero en Energía de INACAP contarán con las herramientas, infraestructura, equipamiento y asignaturas para certificarse con el perfil de instalador eléctrico Clase D (licencia SEC Clase D, que permite realizar instalaciones de Baja Tensión con un máximo de 10 kW) con un Centro de evaluación y certificación de competencias laborales. Esto les permitirá desarrollar y tramitar proyectos ante la SEC, y aprovechar también programas de fomento público, como por ejemplo el Programa Casa Solar y el Ponle Energía a tu PYME.