Estudio “SocAIty” 2021: Audi aborda la dimensión social de la conducción autónoma

Un nuevo estudio de la Iniciativa &Audi ofrece respuestas a cuestiones legales, éticas y políticas sobre la conducción autónoma.


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Desde el marco legal apropiado hasta las cuestiones éticas y la responsabilidad digital: el estudio “SocAIty” 2021 de la Iniciativa &Audi examina la dimensión social global de la conducción autónoma.

En el proceso, expertos de Europa, EE.UU. y Asia opinan desde sus diversas perspectivas e inician así un discurso continuo sobre la movilidad del futuro.

Después de la electromovilidad, el siguiente cambio, claramente más radical, es la transición hacia vehículos más inteligentes y, en última instancia, autónomos”, afirmó Markus Duesmann, CEO de AUDI AG.

Para nosotros, la conducción autónoma es una tecnología clave que puede hacer el tráfico más seguro y la movilidad, más cómoda e inclusiva”, añadió. Con CARIAD, la empresa de software del Grupo Volkswagen, Audi impulsará la rápida introducción de esta tecnología en la segunda mitad de esta década.

Tanto la madurez tecnológica de los sistemas de conducción como la dimensión social son muy importantes para que la conducción autónoma tenga una amplia aceptación: además de las condiciones legales y políticas generales, la actitud de las personas es fundamental para la implantación de nuevas tecnologías como la conducción autónoma. Un grupo de diecinueve miembros integrado por científicos, políticos y expertos en economía han debatido sobre cuestiones claves relativas al futuro de la conducción autónoma. Los resultados se recogen en el estudio de alrededor de 70 páginas “SocAIty”, publicado por la Iniciativa &Audi.

Una imagen del futuro en 2030

El estudio aborda tres puntos principales: el capítulo “Derecho y progreso” trata, entre otras cosas, las cuestiones actuales sobre la responsabilidad; mientras que “Relaciones de confianza entre el ser humano y la máquina” examina la dimensión ética de la conducción autónoma; y “Seguridad en red” aborda los aspectos relevantes de la protección de datos y la seguridad.

“En conjunto, el resultado es una imagen de un escenario de movilidad que será diferente en 2030 de lo que es hoy, pero que se manejará sin ciencia ficción”, explicó Saskia Lexen, directora de Proyectos de Initiative &Audi en AUDI AG.

Por un lado, parece que la sociedad no está preparada para los vehículos de conducción autónoma, aunque las expectativas son muy altas. Por otro lado, la tecnología forma parte cada vez más de la vida cotidiana de las personas. Todo está cambiando muy rápido, incluso la situación jurídica. Como fabricantes de automóviles, nuestro deber es desplegar las nuevas tecnologías de forma responsable. Y con este estudio Audi pretende contribuir al debate sobre la conducción autónoma del futuro estableciendo unas expectativas adecuadas sobre las posibilidades y los límites de la conducción autónoma en la sociedad y generar confianza”, agregó.

Una idea principal del estudio es que el panorama de la movilidad en 2030 será más diverso y compartimentado y producirá más soluciones de movilidad adaptadas a sus objetivos. Además, aumentará la diversidad de formas de micromovilidad, sobre todo en las ciudades. La demanda también estará cada vez más determinada por la ubicación de la persona. En las grandes ciudades prevalecen cada vez más necesidades similares: lugares como Nueva York, Londres y Shanghái tienen condiciones y necesidades básicas comparables en cuanto a movilidad, flexibilidad y expectativas de los clientes. La mayoría de los expertos ven a Estados Unidos como impulsores de la tecnología de la conducción autónoma. No todas las nuevas tecnologías se desarrollarán necesariamente allí en primer lugar, pero se pondrán en marcha con la ayuda de capital y experiencia. “Se podría decir que si Estados Unidos prueba algo, crea una especie de incubadora, mientras que en China se despliega y se prueba en masa”, añade Lexen.

China se considera pionera en la escalada y la penetración de la conducción autónoma. Las razones para ello son una decidida expansión de las infraestructuras y un alto grado de aprecio social por las nuevas tecnologías. En opinión de los expertos, Alemania y Europa serán sobre todo lugares de innovación para las tecnologías de los vehículos y la producción de grandes volúmenes, además de desempeñar un papel importante como mercados de venta dentro de diez años. En consecuencia, la normativa europea sobre derechos de los consumidores y protección de datos influirá en las condiciones globales y en los estándares de los productos de toda la industria.

Aceptación depende en gran medida de la experiencia personal

En 2030, la movilidad se caracterizará por un nuevo tipo de tráfico mixto, en el que los vehículos autónomos coincidirán con vehículos conducidos por personas. Los usuarios de la carretera se adaptarán gradualmente y tendrán que aprender nuevas reglas. Para que se produzca este importante cambio cultural, las personas necesitarán tiempo para establecer una adecuada relación de confianza con la conducción autónoma. “Sólo el aumento que esperamos en el confort, la seguridad y la disponibilidad justificará suficientemente la aceptación de la nueva tecnología”, afirma Hiltrud Werner, responsable de Integridad y Asuntos Legales de Volkswagen AG.

Para Lexen, “muchas personas sienten hoy, con razón, cierto grado de incertidumbre e incluso escepticismo con respecto a la responsabilidad y la protección de datos o la fiabilidad y seguridad de la tecnología. Por lo tanto, es importante que el futuro de la conducción autónoma se encuentre con la sociedad y los usuarios en su realidad actual. Eso incluye no subestimar los hábitos y las percepciones de la gente. Para muchos usuarios, conducir su propio coche sigue significando libertad, flexibilidad y autodeterminación. Hay que poner en contacto al mayor número posible de personas con la conducción autónoma para que puedan experimentar personalmente sus ventajas. En el proceso, es importante comunicar claramente el valor añadido de la conducción autónoma del futuro sin descuidar las limitaciones actuales”.

Aparte del potencial que ofrece la conducción autónoma a la hora de lograr un tráfico más eficiente y, por tanto, también más sostenible desde el punto de vista ecológico, los conceptos de movilidad en red y el hecho de basarse en datos son aspectos que también pueden tener un enorme impacto social. Esto incluye nuevos servicios orientados a las personas y que, en el mejor de los casos, conducen a una nueva forma de movilidad más inclusiva y más social. “También se trata de mejorar el acceso a la movilidad. Porque la movilidad es la clave para acceder a los puestos de trabajo, a la atención médica, a los alimentos…”, añadió Huei Peng, profesor de Ingeniería Mecánica y Director de Mcity, en la Universidad de Michigan.

Evitar los accidentes y los riesgos

¿A quién damos prioridad para evitar los accidentes? Si seguimos estableciendo la agenda así, no vamos a llegar muy lejos”, señaló Christoph Lütge, director del Instituto de Ética en Inteligencia Artificial de la Universidad Técnica de Múnich. Enfrentarse a dilemas en situaciones de accidente es inevitable para entender los aspectos éticos de la conducción autónoma. Sin embargo, a menudo el debate es emocional y, desde la perspectiva de algunos expertos, ideologizado, basado en consideraciones éticas y de seguridad.

Por ello, los expertos coinciden en que el siguiente paso importante consiste en definir con claridad los fundamentos éticos a partir de situaciones realistas y asumir los retos y cuestiones reales a los que se enfrentan las empresas y los legisladores.