Clasificadora de riesgo ICR destaca potencial de crecimiento de industria chilena del litio por la electromovilidad

A pesar del efecto general de la pandemia sobre la economía global y las limitaciones consecuentes en el comercio, turismo y el desplazamiento, la adopción global de vehículos eléctricos se disparó en 2020.


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La clasificadora de riesgo ICR emitió un informe en el que analiza el impacto que tendrá el avance de la electromovilidad en el desarrollo de la industria chilena del litio.

Es así como en el reporte se destaca que, a pesar del efecto general de la pandemia sobre la economía global y las limitaciones consecuentes en el comercio, turismo y el desplazamiento, la adopción global de vehículos eléctricos (EVs, por sus siglas en inglés) se disparó en 2020, con un crecimiento total del 43%, resultando en un total de 3,24 millones de unidades vendidas, según la información publicada por EV Volumes.

Gran parte de esta actividad fue impulsada por el mercado europeo, el cual por primera vez en cinco años sobrepasó a China como líder en compras de vehículos eléctricos. En Noruega, actualmente, circulan por sus calles más autos eléctricos que los de cualquier otro tipo, estableciendo un récord mundial y marcando un precedente importante tanto para esta industria actual como para su futuro. Un 54,3% de todos los vehículos nuevos vendidos dentro de ese país fueron de batería eléctrica, explicado en parte por la política del país escandinavo de dejar exento de impuestos a cualquier venta de EVs.

Demanda por carbonato de litio y efecto en la industria

El informe consigna que la demanda global para el Carbonato de Litio Equivalente (LCE) –una de las dos principales formas de litio utilizadas para batería empleadas por vehículos eléctricos– tiene un crecimiento proyectado superior a un millón de toneladas para 2026, según Roskill. Como comparación, la demanda global fue de 204 mil toneladas en 2016 y de 323 mil toneladas en 2019.

Este crecimiento se sustenta en gran parte por el uso del litio dentro de baterías recargables, efecto que ya está siendo patente: entre 2016 y 2019 el consumo agregado de litio en autos eléctricos de pasajeros pasó de un 18% a un 32%, según datos de Cochilco. Se puede deducir, entonces, que dadas las proyecciones existentes en relación con el crecimiento de la industria de electromovilidad, dicha tendencia continuará al alza, con varias estimaciones estableciendo que sobre el 65% de consumo de litio será explicado por la electromovilidad, consigna el reporte.

Profundizando en el ámbito chileno, se puede ver que la industria efectivamente ha reaccionado a las expectativas de la demanda: la cartera de proyectos de litio ha alcanzado su mayor nivel, con iniciativas que representan inversiones por US$1.807 millones.

Además, según Cochilco, la producción actual se duplicaría para 2024, alcanzando cerca de 250.000 toneladas de LCE, siendo fuertemente fomentada por el auge esperado en la demanda dentro de la industria de electromovilidad.

SQM, por su parte (la principal productora chilena), indica que sus proyecciones de demanda muestran un rango entre 800 mil y 1 millón de toneladas de LCE a 2025, y que este monto superaría los 2 millones de toneladas hacia 2030 bajo ciertos escenarios y supuestos, con un crecimiento anual promedio cercano a 20%.

Como comparación, la demanda global de litio llegó aproximadamente a 330 mil toneladas en 2020, logrando un aumento del 6% con respecto a 2019. Todo lo anterior sugiere que en los próximos años el valor de las exportaciones de litio chilenas podría llegar a ser comparable con otros sectores más consolidados, como el vitivinícola.

Además, se espera un impacto positivo en la demanda de vehículos eléctricos en 2021 por la recuperación pospandemia, que conduciría a un déficit ligero de la oferta global de litio en el corto plazo, teniendo implicancia en un eventual aumento de los precios.

También se proyecta que este desbalance se estabilice en el mediano plazo, para que nuevamente (hacia la segunda mitad de la década) se observe una tasa de crecimiento de la oferta menor a la demanda. La escasez de baterías de ion-litio frente a una demanda exponencial durante la próxima década también será tendencia.