Analizan alcance del concepto de ciudad inteligente y movilidad eléctrica en Chile

La investigación reveló que, si bien las ideas en torno a Smart Cities y electromovilidad refieren a aspiraciones por ciudades más eficientes, verdes, inclusivas y donde “el ciudadano está en el centro”, lo que termina circulando son productos y servicios tecnológicos.


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La socióloga Constanza Ulriksen de MOVYT presentó su investigación sobre la circulación del concepto de Smart Cities y de la estrategia de electromovilidad en Chile en la «2a Conferencia Internacional sobre Difusión de Políticas y Cooperación para el Desarrollo» de la Asociación Internacional de Ciencias Políticas. El evento fue organizado por el Centro Brasileño de Análisis y Planificación (Cebrap), la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) y el Laboratorio Internacional de Políticas Públicas (Laboppi).

La investigadora MOVYT mostró resultados sobre cómo circula el concepto de Smart Cities a partir de un análisis etnográfico de eventos realizados entre fines de 2018 y octubre de 2019, así como de un análisis de la red social Twitter, entre marzo de 2019 y septiembre de 2020. El estudio desarrollado en el marco del proyecto Fondecyt Postdoctoral Nº3190714 pretende promover un mayor debate en torno a las Smart Cities en el ámbito del urbanismo, pues si bien el modelo Smart continúa siendo ambiguo, está teniendo cada vez más relevancia en el desarrollo urbano de nuestro país.

Ulriksen compartió parte de su trabajo etnográfico de diez eventos del mundo Smart y explicó cómo a partir del estallido social del 18-O de 2019 y de la posterior crisis sanitaria, su aproximación metodológica debió adaptarse a la contingencia. Además, explicó que para llevar a cabo el análisis de la circulación del concepto de Smart Cities en Twitter, fue necesario aplicar un modelo semi-supervisado de clasificación de usuarios de la red social y de términos asociados, trabajo realizado en conjunto con ingenieros e ingenieras en Data Science. Ulriksen se refirió además a las limitaciones y posibilidades de usar Big Data en las ciencias sociales y cómo la combinación de metodologías aportó en sus hallazgos.

La investigación reveló que, si bien las ideas en torno a Smart Cities y electromovilidad refieren a aspiraciones por ciudades más eficientes, verdes, inclusivas y donde “el ciudadano está en el centro”, lo que termina circulando son productos y servicios tecnológicos, con empresas privadas tomando un fuerte rol en decisiones respecto a problemas urbanos de carácter público.

La circulación se da por circuitos más bien cerrados, con amplia participación de empresas privadas, algunas agencias internacionales y ciertas instituciones públicas, entre las cuales los municipios figuran como potenciales “clientes pasivos”. Otros como el Ministerio de Vivienda y Urbanismo “están ligeramente presentes a través de discursos genéricos y repetitivos”. El Ministerio de Transportes, en tanto, se mostraría más como un facilitador o puente de industrias tecnológicas e infraestructura. En efecto, después de varios años de lanzada la Estrategia Nacional de Electromovilidad, aún no hay una política de movilidad urbana sustentable en Chile.

La presentación de Ulriksen terminó con algunas reflexiones sobre el fracaso político que implica adoptar el concepto de Smart Cities como enfoque para las políticas urbanas, así como sobre la urgencia por reconceptualizar la planificación urbana con nuevas narrativas que empujen por un nuevo giro socio-ecológico en las ciudades, poniendo verdaderamente a la tecnología al servicio de la naturaleza, los cuidados y la justicia social