Recientemente, el Centro de Estudios para Latinoamérica (Cieplan) en conjunto con la Universidad de Talca (UTalca), lanzaron el libro “La gran región minera: Chile-Perú”. La publicación hace un análisis pormenorizado de la actividad productiva y sus desafíos, tanto en nuestro país como en la nación vecina, y recoge una serie de artículos en el contexto de un ciclo de seminarios que abordó aspectos relacionados a la experiencia de desarrollo en la región basado en los recursos naturales.

ElectroMov conversó en exclusiva con los editores del título; el director de Proyectos de Cieplan, Patricio Meller y el académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Talca, Carlos Chávez.

Oportunidades de la electromovilidad

“Yo creo que ahí hay un enorme mercado potencial para el cobre. Hoy lo vemos claramente como una potencial fuente de transmisión de aumento a la demanda”, comenta el profesor de la UTalca, Carlos Chávez.

De todas maneras, el docente hace hincapié en que todo este proceso debe estar acompañado de cambios en la forma de producción, donde el cobre que se utilice para confeccionar vehículos eléctricos ha de tener una producción limpia y amigable con el medioambiente, sin generar emisiones de gases de efecto invernadero bajo el concepto de cobre verde. “La electromovilidad es una gran oportunidad para el cobre en el futuro, pero también un tremendo desafío”, enfatiza.

Por su parte, el director de Proyectos de Cieplan, Patricio Meller, comenta que la electromovilidad tiene dos ángulos. Uno de ellos es la demanda por cobre a futuro. “Voy a hacer énfasis en que los autos eléctricos son los autos del futuro, o sea, dentro de poco los VE van a desplazar a los automóviles con derivados de petróleo. El auto eléctrico como se concibe para no usar combustible, a la vez, lo que va a exigir en su producción va ser ocupar insumos que hayan sido elaborados sin generar gases de efecto invernadero”, comenta Meller a ElectroMov.

De acuerdo con el economista, los datos indican que un vehículo a combustión utiliza en promedio 20kg de cobre por auto, mientras que el vehículo eléctrico usa 80kg por auto; “se va a tener una cuadruplicación de consumo por auto con una demanda crecientemente de cobre, pero ya está instalado el debate en que este mineral debe ser con producción verde”, puntualiza.

El experto agrega que el otro fenómeno importante será visualizar cómo afecta a la maquinaria destinada a la producción minera. Del punto de vista de los yacimientos subterráneos, un impacto inmediato es que va a reducir los accidentes, porque la gente se va a quedar afuera y las máquinas pasarán adentro. Por otra parte, no habrán emisiones dentro de la mina, lo que permite mejores condiciones para la salud de los trabajadores.