La Universidad Católica y sus acciones para luchar contra el cambio climático

Sebastián Vicuña, académico de la Escuela de Ingeniería y director del Centro UC de Cambio Global, asegura que estamos en una crisis, ya que la temperatura del planeta ha aumentado 1 grado Celsius respecto a la revolución industrial y con un incremento de 1.5ºC aparecen daños que serán muy difíciles de revertir.


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El 30 de julio de 2019 la Pontificia Universidad Católica de Chile formalizó su compromiso por contribuir aún más fuertemente a frenar los efectos del cambio climático que afectan a nuestro planeta. Una firma en donde el rector de nuestra casa de estudios, Ignacio Sánchez, en compañía de la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, y otras autoridades de nuestra institución, anunciaron el desafío de convertirnos en una universidad carbono neutral para el 2038.

Este acuerdo responde a la invitación que hace el Papa Francisco al cuidado de la Casa Común, buscando la coherencia entre lo que se enseña con la forma en que vivimos y habitamos nuestros campus, espacios y el planeta.

Cambio climático

La gran crisis ambiental que atraviesa el planeta Tierra tiene nombre y apellido: Cambio Climático. Este fenómeno es entendido como la variación del estado del clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera.

Entre sus consecuencias es posible mencionar el derretimiento de los polos, deshielos de glaciares, subida del nivel del mar, sequías, aumento de temperaturas, fenómenos meteorológicos extremos, entre otros efectos perjudiciales.

El cambio climático es consecuencia del efecto invernadero, que a su vez tiene como origen la emisión descontrolada de CO2 (dióxido de carbono) por la actividad productiva del ser humano. El calentamiento se produce cuando la atmósfera atrapa el calor que se irradia desde la Tierra hacia el espacio. Ciertos gases en la atmósfera bloquean el calor y no permiten que escape. Los gases de larga vida que se quedan de manera semi permanentemente en la atmósfera y no responden física o químicamente a los cambios en la temperatura se describen como “forzantes” del cambio climático. Gases como el vapor de agua, que responden física o químicamente a los cambios en la temperatura, son considerados “retroalimentadores”.

Un escenario que se viene forjando desde la revolución industrial en donde las emisiones de carbono (CO2) han alcanzado niveles nunca vistos en la historia. Este aumento en las emisiones se debe en gran parte a la extracción de combustibles fósiles como el carbón, petróleo y gas natural, los cuales almacenan el carbono en el suelo. Estos se extraen para ser utilizados en las industrias, automóviles y plantas de energía.

Sebastián Vicuña, académico de la Escuela de Ingeniería y director del Centro UC de Cambio Global, asegura que estamos en una crisis, ya que la temperatura del planeta ha aumentado 1 grado Celsius respecto a la revolución industrial y con un incremento de 1.5ºC aparecen daños que serán muy difíciles de revertir.

“Hay algunos efectos que están ocurriendo y no los podemos evitar. Por ejemplo, la sequía que hemos tenido es una manifestación temprana de estos impactos”, agrega Vicuña.

El compromiso universitario

El año pasado, con motivo de la cumbre mundial COP25, y la urgencia por tomar acción por el clima, se generó una invitación internacional a firmar la Carta Mundial por la Emergencia Climática. La Pontificia Universidad Católica de Chile, representada por su rector, Ignacio Sánchez, fue la primera institución de educación superior del país en sumarse a este llamado que traía consigo el compromiso de transformarse en una universidad carbono neutral.

La UC tomó este desafío y se propuso cumplir esta meta para el 2038, en una fecha que coincide con el aniversario número 150 de nuestra institución, y que se anticipa por doce años al plan nacional de hacer de Chile un país carbono neutral al 2050.

“Desde hace más de diez años que nuestra universidad está dando pasos para enfrentar el cambio climático. Nos hemos sentido inspirados por la misión que tenemos y por el llamado que ha hecho el Papa Francisco a cuidar la casa común”, expresó el rector en esa ocasión.

Para Maryon Urbina, directora de Sustentabilidad UC, el compromiso que asume nuestra universidad es un sentido de responsabilidad dentro de Chile. “En primer lugar, la urgencia del cambio climático nos deja un pequeño espacio de acción y las instituciones de educación superior tenemos que dar el ejemplo desde la coherencia interna y buscando soluciones para el país”, dice.

A lo que añade: “También sabemos de la importancia de los espacios educativos que se generan dentro de nuestras aulas. Desde nuestra universidad egresan personas que tienen la posibilidad de cambiar las cosas en sus espacios de trabajo, algunos de ellos también serán parte de las grandes esferas de influencia, y si los seguimos formando en sustentabilidad ellos podrán llevar esta formación para generar los grandes cambios que necesitamos”.

Cuando se habla de carbono neutralidad este objetivo se puede lograr por medio de dos vías. La primera dice relación con la mitigación y reducción de emisiones, mientras que la segunda tiene que ver con la compensación. Dentro de estas alternativas la UC tomó la primera para poner su foco de acción, comprometiendo neutralidad en los alcances 1, 2 y 3, que detallamos a continuación:

–          Alcance 1: Calderas, vehículos propios y refrigerantes

–          Alcance 2: Electricidad

–        Alcance 3: Traslados diarios de la comunidad, viajes académicos, residuos y compra de papel.

Cabe señalar que la medición 2018 de Huella de Carbono de nuestra institución arrojó un total de emisiones de 32.168 toneladas de CO2, concentrando un 4.2%, 35.3% y 60.5%, en los alcances 1, 2 y 3, respectivamente.

Sin embargo, como universidad no estamos partiendo de cero en este desafío. Tal como cuenta Maryon Urbina, “como institución tenemos avances como la medición de Huella de Carbono que se viene realizando desde 2013 y que en base a ello ya se han tomado una serie de medidas para reducir el impacto de nuestra operación diaria. Entre estas se encuentran el recambio en luminarias, sistemas de reciclaje en todos sus campus, la transformación del campus San Joaquín en un espacio peatonal y que promueve los modos sustentables de transporte, acciones para el desincentivo de los plásticos de un solo uso, entre otras”.

El proceso

Una primera etapa de este proceso consiste en el establecimiento de diez mesas temáticas, categorizadas en: energía, transporte, residuos, construcción, agua, biodiversidad y captura, investigación, formación, cultura, y comunicación y participación. Cada una de ellas está conformada por académicos, investigadores, estudiantes, funcionarios y profesionales, quienes están elaborando planes y desarrollando la parte técnica de la estrategia de carbono neutralidad.

Dentro de este grupo se encuentra Sofía Gutiérrez, estudiante de quinto año de Ciencias Biológicas, quien integra la mesa de biodiversidad y captura como ayudante, en donde afirma que su participación ha sido muy enriquecedora en el sentido académico y de colaboración. “He tenido la oportunidad de trabajar y ser parte de instancias en donde he aprendido mucho. La forma en que nos han involucrado como alumnos ha sido muy inclusiva y me he sentido como un par más”, señala.

Luego del receso de septiembre se llevará a cabo un proceso de apertura y participación de la comunidad UC. El objetivo es que cada uno de los miembros de nuestra universidad puedan entregar sus ideas, opiniones y lineamientos de cómo podemos avanzar para construir una UC carbono neutral.

Maryon Urbina explica que la participación incluye a todos quienes somos parte de nuestra universidad, ya que más allá de instalar proyectos se necesita la acción y compromiso diario de toda la comunidad.

“Es importante que seamos conscientes de la crisis socioambiental que estamos viviendo. El Papa Francisco nos ha llamado a tomar acción y una de sus grandes preocupaciones es el cambio climático. No nos podemos mostrar indiferentes a esta urgencia y como comunidad UC, tenemos que replantearnos nuestros hábitos diarios de hacer las cosas, incluso más allá de nuestros campus, y permear al mundo, ya que este es un desafío global. Necesitamos que este sea un esfuerzo colectivo a través de la acción y la empatía por la humanidad y las generaciones futuras”, finaliza.