[+ANÁLISIS] El desafío regulatorio para el hidrógeno como energético: diagnóstico y plan de acción

No solo estamos trabajando en la regulación chilena para el hidrógeno, sino que queremos ser parte del trabajo internacional de elaboración de normas para uso de hidrógeno, como −por ejemplo− en minería subterránea, aplicación para la que no existe norma en el mundo.


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Por María de los Ángeles Valenzuela, Profesional de la División de Mercados Energéticos del Ministerio de Energía.

Los dos estudios regulatorios encargados por GIZ a los consultores Fichtner y Centro de Energía UC entregaron una línea base de la regulación necesaria para desarrollar el hidrógeno como energético al Ministerio de Energía, en que se definieron las brechas que deben ser cubiertas e identificaron más de 100 normas y estándares internacionales que podrían usarse de referencia para Chile.

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Ambos trabajos también entregaron un mapa regulatorio que muestra la cadena de valor del hidrógeno (H2), en un nivel de detalle no encontrado en la literatura, junto una selección de normas internacionales para usarse en cada segmento, lo que es una forma gráfica y muy detallada para identificar la normativa que aplicará en cada etapa de la cadena de valor.

Avances

La regulación actual del H2 en Chile se enfoca en las precauciones necesarias para manejar este gas como una “sustancia peligrosa”, tal como el oxígeno, nitrógeno y otros gases. Sin embargo, es insuficiente para extenderse a usos energéticos por tres factores: (1) El número de personas expuestas a este gas aumentará significativamente, (2) sus usos se extenderán a otros sectores, como transporte y redes de gas, y (3) la cantidad a utilizarse aumentará de forma importante. Esto motiva tanto una actualización de la regulación existente, como el establecimiento de nuevos cuerpos normativos.

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Se deberán crear 12 nuevos reglamentos, actualizar 4 existentes y elaborar 2 manuales. Esta propuesta reglamentaria se desarrolló en base a los proyectos de H2 que hoy se conocen en Chile y su priorización, ordenados de acuerdo ciertos criterios definidos. Dicha propuesta la estamos discutiendo actualmente con otros servicios públicos y se compartirá también con la industria para recoger nuevos elementos y sus observaciones.

Esto requiere de un esfuerzo importante de parte de múltiples servicios públicos que tienen responsabilidades regulatorias en estos ámbitos. En principio, estamos coordinando un trabajo colaborativo con la SEC, la CNE, el Sernageomin, Directamar y al menos cuatro Ministerios como Transportes, Salud, Medio Ambiente y Minería. Debemos también tener una coordinación fluida con la industria, lo que permitirá lograr una regulación consistente y adecuada a las necesidades de los proyectos y aplicaciones que primero se desarrollen. En septiembre de este año queremos conformar mesas de trabajo público-privadas y comités técnicos para elaborar la normativa prioritaria.

El primer instrumento regulatorio que desarrollaremos será el “Reglamento general de instalaciones de hidrógeno”, el que incluirá materias comunes a lo largo de la cadena de suministro, como producción, almacenamiento, acondicionamiento y distribución de hidrógeno gaseoso. Este se basará principalmente en la norma NFPA 2 “Hydrogen Technologies Code” (estándar estadounidense de la National Fire Protection Association), complementándola con los aspectos administrativos y otros propios de nuestro país.

Otras acciones

No solo estamos trabajando en la regulación chilena para el hidrógeno, sino que queremos ser parte del trabajo internacional de elaboración de normas para uso de hidrógeno, como −por ejemplo− en minería subterránea, aplicación para la que no existe norma en el mundo. En efecto, estamos coordinando con el Ministerio de Minería y el INN la participación de Chile en el Comité Técnico 197 de la ISO para que podamos liderar este desarrollo a nivel global junto a otros países con similares intereses como Canadá.

Los estudios de diagnóstico también identificaron que existe poca regulación específica para el hidrógeno a nivel latinoamericano, por lo que queremos formar alianzas estratégicas con países interesados en esta tecnología como Uruguay, Costa Rica y Brasil, para así compartir experiencias y aprendizaje en la preparación de cada cuerpo normativo.

Más allá del marco regulatorio, es clave habilitar el desarrollo de pilotos demostrativos de producción y uso de hidrógeno en distintos ámbitos y sectores, tales como transporte terrestre, minería y calor en la industria, con el fin de aprender y fortalecer nuestra normativa, además de reducir incertidumbres.

Por último, es clave establecer sistemas de capacitación en distintos niveles para los servicios públicos que trabajarán estos temas, tanto a nivel técnico, como ambiental, social y regulatorio. Estamos trabajando con el BID para crear herramientas digitales que nos permitan rápidamente actualizar el conocimiento sobre hidrógeno de nuestros reguladores, fiscalizadores, evaluadores y formuladores de políticas en el sistema público.