Desarrollo sustentable: el punto de unión entre la crisis hídrica y la electromovilidad

Hacia 2040, se estima habrá entre 70 y 80 millones de autos eléctricos, lo que significa un uso sustantivo en litio y cobre, recursos que usan agua.


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“La tendencia es que los usos de agua continental irán a la baja, pero la demanda se complementaría de cara al mar como un componente nuevo de la matriz hídrica”, comentó José Guerra, gerente senior de Vantaz Group durante el webinar “Agua y electromovilidad: los desafíos de una minería sustentable”,  organizado por esta consultora minera en el marco de sus 20 años.

En el análisis sobre la escasez hídrica que realizó Guerra, sostuvo que si bien, 3,8% del consumo de aguas Continentales y Subterráneas en Chile corresponde a la industria minera, es importante resguardar su consumo y trabajar de la mano de la sociedad, generando un desarrollo sostenible. “Estamos en un proceso de desertificación acelerada y sequía que nos pega fuerte. El agua es un recurso estratégico para la producción minera y no basta con incorporar tecnologías sin mirar implementación y gestión integrada”, comentó.

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Según las cifras de 2019 y 2020, el consumo del agua alcanza los 17 m3/segundo, cifra que se proyecta alcance los 23 m3/segundo hacia 2030.  En este escenario, el desafío es cómo lograr optimizar los procesos y lograr la continuidad operacional.

“Necesitamos desarrollar procesos robustos y la tecnología adecuada para poder manejar los recursos de forma eficiente y de manera responsable con la comunidad.  Por esto, es importante cuantificar, proyectar y monitorear el requerimiento de nuestras operaciones mineras”, comentó el experto. “Lo que nosotros hacemos es reunir a especialistas para plantear procesos de gestión integral, trabajar sobre la planificación de requerimientos hídricos, sobre las eficiencias operacionales, para identificar pérdidas y buscar tecnologías que nos lleve a una minería más seca, eficiente y responsable”.

Desde la mirada de los desafíos de la electromovilidad, Daniela Desormeaux, CEO de SignumBOX, quien también participó en este encuentro, comentó que no solo se trata de la huella de carbono, sino también de la huella del agua.

Una preocupación actual es la trazabilidad de los materiales que forman parte del proceso y construcción de los autos eléctricos. “Hacia 2040, se estima habrá entre 70 y 80 millones de autos eléctricos, lo que significa un uso sustantivo en litio y cobre, recursos que usan agua”, comentó.

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Según Desormeaux, el mercado de la electromovilidad se ha desacelerado desde el año pasado. Si bien, de acuerdo a las cifras de 2019, la venta de autos eléctricos creció en un 5,2% respecto de 2018, el retiro de los subsidios por parte de China y Estados Unidos, así como la guerra comercial entre estas dos potencias, frenó el consumo, situación que se ha visto acrecentada con la crisis actual.

“El BYD dio cuenta de una disminución de 40% en la venta de autos eléctricos en el periodo de enero a abril de este año”, señaló la analista, quien también sostuvo que la pandemia va generar un retraso en el mercado, un recorte en la producción y una pérdida de valor. No obstante, destaca que aún persiste el interés y compromiso de los países –a propósito del Acuerdo de Paris- por impulsar acciones que reduzcan la huella de carbono y, en este contexto,  la electromovilidad contribuye sin duda al cumplimiento de ese propósito.  “El  transporte  es responsable de un 25% de las emisiones de gases con efecto de invernadero y dependiendo de la matriz energética, podría reducir entre un 30% y 60% las emisiones de CO2”.

Para el CoCEO de Vantaz Group, Mauro Mezzano, “el contexto actual nos exige una mirada y compromiso con la huella de carbono y del agua, y a analizar los procesos y el impacto que esto genera en la reputación y valorización de las empresas”.