Nuevo impuesto verde: la obligación a empresas para reducir y compensar emisiones

Así lo señala Francisco Neira, gerente de Grandes Consumidores de la consultora efizity, quien señala que estas modificaciones entran en vigencia en enero de 2023, quedando gravadas las emisiones de ese año en 2024.


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Con la reforma tributaria ya promulgada son varios los cambios que las empresas tendrán que implementar para adecuarse a la nueva legislación, y uno de ellos es el que se refiere al conocido “Impuesto Verde”, un gravamen que antiguamente regía sobre la potencia térmica instalada en calderas y turbinas y que ahora se impondrá directamente por la emisión de contaminantes, indicó Francisco Neira, gerente de Grandes Consumidores de Efizity.

El ejecutivo explicó que la ley «continúa imponiendo un impuesto anual que gravará las emisiones al aire de material particulado (MP), óxidos de nitrógeno (NOx), dióxido de azufre (SO2) y dióxido de carbono (CO2). La novedad es que ahora este gravamen afectará las emisiones producidas por establecimientos cuyas fuentes fijas emitan individualmente o en su conjunto, 100 o más toneladas anuales de material particulado (MP), o 25.000 o más toneladas anuales de dióxido de carbono (CO2). Antiguamente, el impuesto sólo afectaba a las instalaciones con una potencia térmica mayor o igual a 50 MWt (megavatios térmicos)».

«Esta reforma permitirá que empresas agroindustriales, de consumo muy estacional, pero alta potencia instalada, puedan dejar de pagar impuestos a las emisiones, si emiten por debajo de los límites anuales establecidos en la reforma. Por otro lado, empresas que hoy no pagaban impuestos, como por ejemplo empresas con calderas de menor tamaño pero consumo alto anual, lo comenzarán a hacer el 2023», afirmó.

De este modo, agregó Neira, deberán pagar impuestos los hornos de cal, cemento o vidrio, que en general tienen altos consumos de combustible, en muchos casos mayores que empresas que operan calderas y/o turbinas.

Las modificaciones de este espectro de la ley entran en vigencia a partir de enero de 2023, por lo que las emisiones de ese año quedarán gravadas en 2024.

Según Neira, «lo positivo es que los plazos que tienen las empresas para adecuarse a esta nueva normativa son bastante razonables y si implementan las modificaciones necesarias lo antes posible serán más competitivas frente a quienes enfrenten la ley sin sus emisiones en orden”, afirma el experto de Efizity. Además la legislación agrega la posibilidad de compensar emisiones. Hay que esperar la publicación del reglamento para conocer la metodología que regirá a contar del 24 de febrero de 2023