Amie DD, una ingeniera y desarrolladora de software, hackeó una de las tarjetas que funcionan como llave del Tesla Model 3, para implantarse un chip RFID (o identificación por radiofrecuencia) en el brazo, con lo que ahora puede abrir el vehículo sin si quiera necesitar su smartphone.

Cabe señalar que no es el primer chip RFID que tiene implantado, ya tiene otro con el cual puede quitar el seguro de la puerta de su casa.

[VEA TAMBIÉN: El beneficio ambiental de los 550.000 vehículos eléctricos que ha vendido Tesla]

Una vez que compró su Model 3 descubrió que el vehículo se puede abrir con un método similar, lo que la motivó a idear un mecanismo para alcanzar su objetivo.

Es así como para obtener el chip RFID, disolvió una de las tarjetas que Tesla entrega junto con el Model 3. Luego lo encapsuló dentro de un biopolímero con la ayuda de Dangerous Things, una compañía especializada en el hacking y biohacking.

Una vez que el hardware estuvo listo y el chip seguía funcionando aún fuera de la llave-tarjeta, fue necesario realizar el implante.

Para ello acudió a un estudio de expertos en modificaciones del cuerpo llamada Shaman Modifications.

Amie DD comentó que visitó a varios doctores pero ninguno quiso hacer el procedimiento por ser algo “cuestionable”.