El impacto en las materias primas como cobre, molibdeno y litio a causa del auge de los vehículos eléctricos (EV) a nivel global fue el tópico de la conferencia “On the road… Santiago”, organizada por la consultora internacional Roskill.

Según José Lazuen, analyst electric vehicles, battery & supply chain de Roskill, particularmente la manufactura de baterías ion-litio está produciendo a nivel global un cambio en la demanda.

El especialista analizó cómo las ventas de vehículos eléctricos han crecido un 26% desde 2010, comparado con el 3% del total de vehículos (convencionales + eléctricos). Lazuen precisó que en 2018 las ventas de xEV (vehículos eléctricos más PHV, plug-in Hybrid) totalizaron 5.380.000 unidades, con una penetración de mercado de 5,5%.

Es más, Lazuen vaticinó que el porcentaje de EV superará en 2029 a los ICE (internal combustion engine). El peak de las ventas de los “tradicionales” será en 2020, pero el consultor aseveró que ya no aumentará más este porcentaje.

Roskill prevé que el crecimiento de los EV hacia 2030 llegará a 29%.

Baterías y cobre

¿Cómo ha evolucionado la industria de las baterías desde 2010? Hace una década el mercado de fabricantes estaba altamente concentrado, explicó José Lazuen, quien añadió que a partir de entonces Panasonic, BYD, LG y GAX rápidamente expandieron su capacidad para apuntar al promisorio mercado de los vehículos eléctricos.

Después de 2013, las compañías chinas de baterías para EV comenzaron un agresivo plan de expansión. Y en el periodo 2015-2018 las compañías chinas, coreanas y japonesas continuaron expandiéndose como resultado de las ventas de EV.

¿Quién podrá abastecer tantas baterías para el mercado futuro? Según Roskill, 23 nuevas fábricas de gran capacidad se construirán globalmente para satisfacer la demanda, 12 de ellas serán construidas en China.

En este contexto, hacia 2028 se espera que las compañías chinas multipliquen la capacidad de sus plantas 3,5 veces.

En cambio, la capacidad de baterías en Estados Unidos crecerá solo un 15%, y en Europa un 22%. Para el mismo periodo, la consultora prevé que la capacidad de manufactura de baterías crecerá 14,9%, pero en el mismo periodo la demanda crecerá 29,4%.

“Hay un futuro brillante para el cobre en los autos eléctricos”, declaró a su vez Jonathan Barnes, associate consultant de Roskill, quien señaló que Para el desarrollo de esta infraestructura, hacia 2030 se requerirá cobre adicional por cerca de 1,5 millones de toneladas.

Asimismo, el especialista de Roskilll en la conferencia detalló una serie de tendencias que se prevén a nivel mundial en relación con la electromovilidad.

• La infraestructura de carga EV deberá construirse en todas partes.
• Será necesaria una legislación para garantizar que esta red de estaciones esté extendida.
• Debe haber una combinación de puntos de carga lenta (AC) y rápida (DC) para lograr flexibilidad.
• Solo cargar un EV en casa duplicará el consumo promedio de electricidad en el hogar.
• La carga más lenta será por el atardecer (coincidiendo con la carga máxima del hogar) y durante la noche, cuando el consumo de electricidad esté en su nivel más bajo.
• Autos más grandes, sin más rango, mayor velocidad, aceleración más rápida, tiempos de carga más rápidos y mayores grados de “hibridación” necesitarán más kilos de cobre.

La conferencia “On the road… Santiago” se realizó en Santiago en el marco de las actividades de la CescoWeek.