La experiencia que Chile posee en el ámbito de la minería del cobre y el litio, componentes relevantes en el desarrollo de los vehículos eléctricos, ha propiciado el debate respecto a si sería posible que el país se sumara al auge de la electromovilidad, por ejemplo a través de la manufactura de baterías.

En ese contexto, Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de Plusmining, advierte que “me parece que en Chile el enfoque hay que ponerlo en una justa dimensión. Cuando se habla del tema, habitualmente se busca ir directamente a lo que es la idea de la manufactura de baterías de litio en Chile, lo que a mí me parece que de un solo golpe enfrenta bastantes desafíos”.

Es así como el especialista recomienda “avanzar gradualmente, paso a paso, desde el recurso minero hasta el techo de la cadena de valor agregado de la minería. Me parece que es el camino más adecuado, sin saltar etapas ni aspirar a utilizar un atajo, que finalmente puede ser muy frustrante para las expectativas que se pueden formar”.

Las razones de su postura están en que el litio representaría el 20% del costo total de una batería, mientras que el 80% restante “está explicado por otros componentes, la gran mayoría de los cuales no se manufactura en Chile, no se produce en el país. Entonces, implicaría importarlos, lo que lo haría anti económico, sería muy difícil de que fuera competitiva la manufactura de baterías en Chile”, menciona Guajardo.

A ello se suma que en las baterías no hay solo litio, “sino que hay muchos otros minerales que participan en esta producción. Chile sólo produce dos (cobre y litio). Entonces, también desde el punto de vista de los recursos sería difícil que el país pudiera ocupar digamos el litio como un pivote como para forzar una manufactura completa de baterías en nuestro país”.

Un paso correcto

Pese a las desventajas que presentaría Chile en materia de manufactura, el director ejecutivo de Plusmining resalta que “tenemos recursos del litio, también en investigación y desarrollo, que se inviertan para que de manera adecuada y gradual se vayan desarrollando las condiciones para llegar a desarrollar un valor agregado más completo”.

En esa línea, es relevante la conformación del Instituto Chileno de Tecnologías Limpias, que será financiado con recursos de Albemarle y SQM Salar, iniciativa que es valorada por Guajardo, debido a que “está enfocándose en ir generando el conocimiento, los componentes que forman parte de la cadena de valor agregado que involucra  la manufactura de litio, por lo tanto es un paso en la dirección correcta, y en el tiempo correcto”.