Siemens pretende duplicar su negocio en Chile en los próximos cinco años

El CEO de la compañía en el país, Juan Ignacio Díaz, destaca el potencial de crecimiento a partir del cobre y la tendencia a la electrificación.


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Hace 110 años que Siemens llegó a Chile, instalándose primero en Valparaíso, para participar en la electrificación del sistema de luminarias de la ciudad. “Ahí comienza una historia que está marcada por varios hitos, como nuestra participación en grandes proyectos energéticos, en la movilidad, a través de los trenes; y en la minería, donde tenemos la mayor base instalada de molinos Siemens en el mundo”, destaca Juan Ignacio Díaz, CEO de la compañía en el país.

¿Cuán importante es Siemens Chile para la compañía?

Chile tiene una relevancia enorme, considerando que somos los mayores productores de cobre, y tenemos cada día mayor importancia respecto de lo que viene. Una gran tendencia es la electrificación. El cobre no es solamente utilizado para la infraestructura china, y si el mundo se va al transporte eléctrico, se va a ocupar en aplicaciones de movilidad en mucha mayor cantidad.

¿Qué perspectivas de crecimiento tienen para este año?

En los últimos siete años Siemens Chile ha logrado entradas de pedido por más de US$3.000 millones. Gran cantidad de ese monto se generó durante los últimos cinco años, principalmente por temas energéticos y la estabilización de nuestros servicios en minería. Ha sido un negocio estable entre US$400-500 millones anuales.

Para los próximos cinco años pretendemos duplicar. Tenemos mucha esperanza en que el precio del cobre empezará a rebotar. Estamos viendo que llegará a los US$3/lb e incluso un poco más más adelante, fundamentalmente porque vemos que, pese a que China ha bajado su consumo, no somos capaces de suplir la demanda. Esto, mezclado con la electromovilidad y el aumento de las aplicaciones del cobre, implicará una subida.

En los años que lleva como CEO de Siemens Chile, ¿cuáles han sido los principales cambios que ha tenido la compañía?

Estos últimos cinco años nos ha tocado un ambiente país un poco volátil e incierto. Han sucedido cosas que generan cierta inestabilidad, como la baja en el precio del cobre, la menor ley del mineral, las remuneraciones al alza, las paralizaciones…

¿Se vieron obligados a diversificarse?

Después de las últimas licitaciones, hubo un gran boom en energía; sin embargo, los precios también pusieron un desafío tremendo para las empresas que somos generadoras de innovación. Porque muchas veces el mercado apuesta  a una baja dramática en las tecnologías asociadas (baterías, paneles solares) y eso no ha sido tan real como hubiésemos esperado.

Estas licitaciones son pensadas para 2022. Entonces, estamos en la mitad de grandes proyectos, pero son pocos. Hay muchos que se quedaron en el camino, porque financieramente no son viables, por los precios en que se licitaron. Es decir, ha habido buenas expectativas, pero tengo mis dudas de que se concreten todos.