Los Porsche 99X eléctricos fueron parte del circuito urbano más espectacular de la Fórmula E

El circuito del Gran Premio del Principado tiene 3,337 kilómetros de longitud. Este histórico circuito urbano, con sus 19 curvas, prácticamente no tiene zonas fuera de la pista, sino muros y barreras que no perdonan el más mínimo error de conducción.


Compartir:

La carrera más prestigiosa del año para el Campeonato Mundial de Fórmula E de la ABB FIA se tomó este sábado las calles de Mónaco.

Con el pintoresco telón de fondo del Principado en la Costa Azul, con su mundialmente famoso circuito de Gran Premio, el equipo TAG Heuer Porsche de Fórmula E compitió con dos automóviles de carreras Porsche 99X Electric. Los pilotos fueron Pascal Wehrlein (GER/#94), que este año en México consiguió la primera victoria para Porsche en la innovadora serie de carreras eléctricas, y André Lotterer (GER/#36).

La sexta carrera se disputó en la milla cuadrada más cara del mundo, y planteó retos especiales a pilotos y equipos.

Las calles se cerraron para la carrera de Fórmula E a primera hora de la mañana del sábado, y sólo entonces se apartaron las jardineras, los parquímetros y las señales de tránsito. No hubo un shakedown para que los 22 vehículos comprobaran la pista. En su lugar, se desarrollaron dos breves sesiones de entrenamientos libres para ultimar la puesta a punto del exigente trazado con sus legendarias curvas como Sainte Dévote, Casino y Mirabeau, y el espectacular tramo del túnel del puerto. A continuación, comenzó la caza de la pole position.

El equipo TAG Heuer Porsche de Fórmula E recientemente obtuvo en Roma puntos decisivos para el campeonato, lo que hizo que la escuadra ascendiera en la clasificación de equipos hasta la segunda posición. Esta fue la segunda vez que el equipo corrió en Mónaco.

El circuito

El circuito del Gran Premio del Principado tiene 3,337 kilómetros de longitud. Este histórico circuito urbano, con sus 19 curvas, prácticamente no tiene zonas fuera de la pista, sino muros y barreras que no perdonan el más mínimo error de conducción.

La gestión eficiente de la energía y la concentración total de principio a fin son esenciales, ya que sólo así los 22 automóviles pueden ceñirse a la línea de carrera y sortear con éxito el sinuoso laberinto entre rascacielos de lujo y boutiques de alta gama.

Con su combinación de curvas a veces muy cerradas y pasadas rápidas, el Circuito de Mónaco fue lugar perfecto para los requisitos especiales de la Fórmula E.