La contribución de las tarjetas gráficas al desarrollo de la conducción autónoma

Aunque Nvidia es conocida por sus tarjetas gráficas para computadores, en los últimos años se ha convertido en una empresa de vital importancia para la industria del automóvil.


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Los conductores que suelan utilizar navegadores en sus desplazamientos estarán familiarizados con este problema: si los carriles de una carretera están muy juntos, el sistema no sabe en cuál se encuentra el vehículo. El GPS no es lo suficientemente preciso para reconocerlo, ya que solo está capacitado para determinar la posición en un rango de dos a diez metros.

Porsche Engineering está trabajando en un sistema que utiliza inteligencia artificial (IA) para calcular una posición más precisa a partir de los datos del GPS.

“Esto hace posible, por ejemplo, identificar la trazada ideal en un circuito”, destacó el doctor Joachim Schaper, Responsable de Inteligencia Artificial y Big Data en Porsche Engineering.

Los cálculos necesarios pueden ser realizados en el propio vehículo, mediante un ordenador compacto equipado con unidades de procesamiento de gráficos (GPU). “Esto permite sacarle partido a la funcionalidad de la inteligencia artificial en el auto”, aseguró.

La plataforma de hardware pertenece a Nvidia, con sede en Santa Clara (California, Estados Unidos).

“Cuando escuchas el nombre, no piensas necesariamente en el sector automotriz”, señaló Schaper.

Los usuarios de computadores personales suelen asociar Nvidia a las tarjetas gráficas. O, mejor dicho, a tarjetas gráficas especialmente rápidas. Esta buena reputación del fabricante estadounidense se remonta a principios de la década de 2000, cuando salieron al mercado los primeros videojuegos con gráficos 3D elaborados.

En aquel momento, quienes quisieran disfrutar de Quake 3 o Far Cry, entre otros juegos, sin saltos de pantalla necesitaban un hardware potente. Y rápidamente se hizo conocida la tarjeta gráfica GeForce, de Nvidia. Se convirtió en un éxito de ventas y llevó a la empresa, fundada en 1993, a los primeros puestos de fabricantes de hardware. A comienzos del nuevo milenio, la empresa facturaba más de US$3.000 millones.

Apuntando al mercado automotriz

Nvidia lanzó al mercado el primer hardware optimizado para IA en 2015. Fue en ese momento cuando la compañía se centró de inmediato en el sector del automóvil con el lanzamiento de la plataforma Nvidia Drive. El sistema PX 1 era capaz de procesar imágenes de 12 cámaras conectadas y ejecutar simultáneamente programas para evitar colisiones o monitorizar al conductor. Tenía una potencia equiparable a más de 100 computadores portátiles. Varios fabricantes utilizaron la plataforma para llevar los primeros prototipos de vehículos autónomos a la carretera.

Inicialmente, la compañía llevó a cabo una estrategia basada en el hardware, suministrando procesadores a los fabricante de partes originales (OEM). En este momento, el negocio del sector de automotriz está asentado sobre dos pilares: los sistemas gráficos de las pantallas del interior del auto y el hardware para las funciones de conducción asistida o automatizada.

El año pasado, las ventas de Nvidia en el sector del automóvil ascendieron a US$700 millones, lo que corresponde al 6% de sus ventas totales; el volumen de negocio en este campo, no obstante, crece de manera constante desde 2015.

Jensen Huang, fundador y CEO de Nvidia, ve aquí grandes oportunidades de mercado. “Los vehículos del mañana son superordenadores de inteligencia artificial rodantes. En un futuro solo sobrevivirán dos de las numerosas unidades de control que hay ahora: una para la conducción autónoma y otra para la experiencia de usuario”, aseguró.