Eduardo Bitran: infraestructura en movilidad eléctrica podría ser “un cuello de botella”
En entrevista con ElectroMov, el académico de la UAI y ex VP de Corfo plantea la necesidad de considerar varios aspectos en el desarrollo global de la electromovilidad en el país.
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Hablar del desarrollo de la electromovilidad y sus perspectivas es un tema que apasiona a Eduardo Bitran, ex vicepresidente ejecutivo de la Corfo durante el anterior Gobierno de Michelle Bachelet, desde donde pudo trabajar en los planes que impulsó la institución para avanzar en la incorporación de vehículos eléctricos en el sector minero, el cual está en plena marcha y que también considera la opción del hidrógeno como combustible.
El ejecutivo conoce en qué pie está Chile sobre este tema, pero advierte la necesidad de enfrentar varios desafíos como son el mayor desarrollo de la infraestructura para vehículos eléctricos, la cual –a su juicio- debe ir de la mano del avance que tenga la relación precio-costo de los automóviles y de las baterías.
Actualmente se desempeña como académico en la Universidad Adolfo Ibáñez y también es presidente del Club de Innovación. En entrevista con ElectroMov, Bitran aborda las perspectivas para la movilidad eléctrica.
Presente y futuro
¿Cuál es su visión del estado del arte de lo que está pasando en movilidad eléctrica en nuestro país?
Chile no es el país que posea el mayor dinamismo en esta materia. El líder mundial, sin duda, es China, que ha hecho un esfuerzo muy importante en el tema de electromovilidad por razones de contaminación local. Noruega también es muy importante, porque ellos se propusieron, a 2025, eliminar el auto a combustión interna, donde hay un subsidio público muy significativo, y ellos tienen energía limpia, porque hay que tener en claro que la electromovilidad alimentada por electricidad de carbón no nos mejora el tema del cambio climático.
¿Cuáles son las distintas tecnologías en la electromovilidad?
En electromovilidad hay dos tipos de tecnología: está el auto con batería de ion-litio, y está el auto de fuel cell, donde uno genera la electricidad con el combustible que es hidrógeno, y eso permite mover el motor eléctrico. Ambos son electromovilidad, pero tienen características distintas, en el sentido de que uno requiere una recarga eléctrica que toma varias horas, mientras que el fuel cell de hidrógeno se recarga en dos minutos y tiene una autonomía mayor al auto eléctrico.
El problema, uno versus otro, es que el auto de fuel cell requiere de una red de carga de hidrógeno que, desde el punto de vista de la infraestructura, no es trivial de desarrollar. En cambio, el auto eléctrico uno lo puede cargar en su casa o en el lugar de trabajo, con una menor inversión.
¿Qué casos concretos de proyectos de movilidad eléctrica podrían fructificar en Chile?
Tenemos el proyecto de vehículos de transporte livianos que usarían celdas de hidrógeno, el cual es desarrollado por un consorcio público-privado. Hay que considerar que Codelco tiene la flota más grande del mundo de pickup marca Toyota y esta empresa es el líder mundial en fuel cell, por lo que podría haber una alianza estratégica para desarrollar un modelo de pickup fuel cell en Codelco. Si estos proyectos van bien, Chile se transformaría en el país líder en el hidrógeno solar para vehículos eléctricos.
¿Ahí está el motor de giro para tener un cambio en electromovilidad?
Sí, en el tema del uso de motores de vehículos que no utilizan combustibles fósiles. El otro ámbito es el del transporte público, donde viene el nuevo proceso, en que ya hay decisiones de incorporar una cantidad de vehículos eléctricos. Por otro lado, están las empresas, donde hay algunas que están generando estaciones de carga en el lugar de trabajo. También existe la opción de que flotas de taxis puedan optar por esta alternativa.
¿Cree que este tema ha tomado más fuerza en la cultura chilena?
A mí como profesor universitario me ha tocado evaluar proyectos de alumnos a los que les pedimos que evalúen proyectos reales. El semestre pasado me llegó el de una empresa de flota de taxis que evalúa cambiar todos sus vehículos (sean a eléctricos e híbridos). También este año me llegó un proyecto de cambiar los buses de acercamiento y los buses internos de la propia Universidad.
Entonces, lo que vamos a ir viendo por razones de imagen es que los jóvenes están muy conscientes del cambio climático, por lo que es muy atractivo engancharlos con una universidad que se compromete con estos temas, así que vamos a ir viendo instituciones que van a ir tomando opciones en este sentido y desde el punto de vista económico, el análisis de ciclo de vida hoy es rentable, y vamos a seguir avanzando en la reducción de costos.
Actualmente una de las barreras de entrada es el costo inicial, que es muy elevado, pero se aprecia que los precios altos de las nuevas tecnologías tienden a bajar cuando se acelera su demanda, ¿Cree que esto también debiera pasar con la electromovilidad?
Sin duda. La entrada masiva de los autos chinos va a implicar una baja de costos importante. Por otro lado, sigue el desarrollo tecnológico en las baterías, incluso en su optimización, donde hay varios jugadores que están haciendo una inversión en I+D (Investigación y Desarrollo) muy importante, además de que viene una nueva generación de baterías, que se conocen como estado sólido.
¿Cómo ve la evolución de las tecnologías de baterías?
La batería actual es una que incorpora cobalto, que es uno de los principales cuello de botella hoy para el desarrollo de la electromovilidad, porque viene del Congo, que tiene guerra civil, trabajo infantil, ébola, lo que es realmente complicado, pero aun así viene una nueva generación de baterías en que el cátodo y el ánodo van a ser de litio, y probablemente el ánodo va a ser de una película de litio metálico.
Infraestructura
En Chile tenemos que hacer cambios en infraestructura, ¿piensa que la red esté preparada?
Ese es un desafío importante. Hay un avance en esa materia, con varios temas que van a ocurrir, como de tipo fiscal, especialmente con el impuesto a la gasolina, el cual va a generar un impacto no menor. No creo que Chile vaya a ser uno de los países con la penetración más rápida en este tema.
La infraestructura va a ser un cuello de botella, y probablemente se duplicará a 2025, pero sigue siendo una opción urbana porque en trayectos interurbanos no te puedes dar el tiempo de cargar el vehículo, así que hay que pensar que esta tecnología aún tiene sus limitaciones.
¿Qué otro tema importante cree que se debe considerar?
Otro tema que viene es el de la velocidad, la cual va a depender de muchos factores, como que baje el precio y lleguemos a la paridad. Los beneficios vendrán del reemplazo de los motores de combustión interna en los procesos productivos, partiendo por el sector minero, pero después vamos a llegar a la pesca, donde –por ejemplo- los motores que se usan en los barcos pesqueros se pueden cambiar a motores de hidrógenos o duales. En el club de innovación nosotros tenemos un esquema que se llama collaboration meeting, y el primero que armamos es el de hidrógeno y tenemos 20 compañías trabajando en este tema y una de las primeras aplicaciones es en la pesca.