¿Dará Bolivia el gran salto en el litio?

El país altiplánico apunta a explotar de forma óptima sus recursos minerales, proceso en el que las capacidades técnicas involucradas pueden hacer una gran diferencia.


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Bolivia no desea quedarse abajo del desarrollo comercial que actualmente se configura en torno al litio, para lo cual ha procurado aprovechar sus ventajas comparativas y fortalezas.

Es así como su planta piloto en Uyuni ha producido cerca de 250 toneladas de carbonato de litio este año, en circunstancias de que la estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) ha manifestado que puede llevar la producción a 150.000 toneladas dentro de cinco años. Esto convertiría a Bolivia en una de las naciones con mayor producción y la fuente de aproximadamente el 20% del litio del mundo para 2022, según las proyecciones de Bloomberg NEF.

En ese escenario, el país altiplánico también ha recurrido a la experiencia y los recursos que las propias empresas extranjeras pueden ofrecerles.

Tal ha sido el caso de ACI Systems Alemania GmbH, una compañía que no tiene experiencia previa en extracción. Con sede en Zimmern ob Rottweil, un pueblo rural en el corazón de la Selva Negra de Alemania, la compañía es una subsidiaria de ACI Group, que brinda apoyo de gestión de proyectos a las industrias fotovoltaica, de baterías y automotriz.

ACI Systems Alemania emplea solo a 20 personas y fue creada únicamente para enfocarse en la construcción de una mina de litio en Bolivia; y recientemente firmó un acuerdo con el presidente de Bolivia, Evo Morales, para construir una operación de litio de US$250 millones, el primer paso hacia la fabricación de cátodos y baterías en el país sudamericano. Se espera que el acuerdo se formalice prontamente en una empresa conjunta 49-51 con YLB. Sin embargo, la empresa alemana aún no ha obtenido financiación para el proyecto.

Desarrollando el litio boliviano

El interés por explotar este mineral se explica porque se estima que la demanda de litio aumente más del doble para 2025. El mineral suave y ligero se extrae principalmente en Australia, Chile y Argentina. Bolivia tiene mucho –9 millones de toneladas que nunca se han explotado comercialmente, la segunda mayor cantidad en el mundo– pero hasta ahora no ha habido una forma práctica de extraerlo y venderlo.

En ese escenario, llevar la oferta de Bolivia al mercado ayudaría a las mineras de litio que hasta ahora han tenido dificultad para satisfacer la demanda mundial.

Cabe señalar que los principales productores –FMC Corp. y Albemarle Corp. en Estados Unidos, SQM en Chile y Tianqi Lithium Corp. en China– están invirtiendo miles de millones para expandir sus operaciones existentes; un proceso que no ha estado exento de complejidades: SQM ha reportado retrasos y dificultades inesperadas para expandirse en Chile y Albemarle informó paralizaciones en sus operaciones en Chile, China y Australia por diferentes motivos durante el tercer trimestre.

ACI no tiene antecedentes en relación con salares o la fabricación de piezas de batería. Pero tiene metas muy optimistas en Bolivia. El acuerdo de la compañía alemana con YLB requiere una inversión inicial de US$250 millones para construir una planta de procesamiento de litio en Uyuni, con una producción que comenzará en 2021 y alcanzará una capacidad total de hasta 40.000 toneladas de hidróxido de litio por año para fines de 2022, aproximadamente el doble de la capacidad que tiene FMC, el cuarto productor mundial, en sus operaciones en Argentina.