Puntos de carga: Las tareas pendientes ante la masificación de vehículos eléctricos en Chile

Expertos destacan el liderazgo en la materia que ha alcanzado el país dentro de Latinoamérica, pero advierten sobre la necesidad de una mayor interoperabilidad de las electrolineras y su masificación a nivel domiciliario.


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En octubre de 2021, y en el marco del lanzamiento de la denominada Estrategia Nacional de Electromovilidad, se anunció que a contar de 2035 en el país se comercializarán solo vehículos 100% eléctricos.

La ambiciosa meta en materia de cero emisiones, refrendada en febrero de este año con la publicación en el Diario Oficial de la Resolución Exenta N°8/2022 por parte del ministerio de Energía, incluye las ventas de vehículos livianos y medianos, de transporte público (buses, taxis y colectivos) y de maquinaria móvil mayor.

Se trata de una política de Estado que plantea una serie de desafíos, entre los que figura la penetración de este tipo de vehículos en el parque automotor y el despliegue a nivel nacional de una red de puntos de carga que permita su uso tanto en la vía pública como a nivel residencial.

Segmento que crece

A la luz de las últimas estadísticas disponibles, todo pareciera indicar que se avanza por la senda correcta. Según el último reporte Global EV Outlook, que elabora cada año la Agencia Internacional de la Energía (IEA), Chile, con un cargador por cada tres vehículos eléctricos, es el segundo país con mayor infraestructura para este tipo de movilidad en el mundo, siendo superado solo por Corea del Sur que tiene uno por cada dos automóviles no contaminantes.

Lo anterior sucede mientras el segmento sigue tomando fuerza en el país en materia de ventas, anotando en julio último un alza de 45% en comparación con igual mes del año anterior, de acuerdo con cifras de la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC).

“La tasa chilena de puntos de carga versus vehículos eléctricos es buena y es, incluso, una de las mejores del mundo. Desde el mundo privado, y en cooperación con el Estado, se ha hecho un gran esfuerzo para posicionarse estratégicamente con los cargadores, lo cual es positivo”, señala Daniel Celis, director de la Asociación de Vehículos Eléctricos de Chile A.G. (AVEC).

Recarga residencial

No obstante, advierte que sigue habiendo aspectos que deben mejorar. “Por ejemplo, una distribución más pareja de los puntos de carga con relación a su uso. Hemos detectado que existen algunos que están sobre demandados y otros prácticamente sin uso”, revela.

Felipe Donoso, gerente general de Enérgica City, consultora que ayuda a desarrollar proyectos de infraestructura de recarga, afirma que a nivel de la vía pública existe una capacidad instalada razonable. “Sin embargo, las proyecciones globales indican que la carga de los vehículos livianos será principalmente residencial y, en este sentido, el avance está muy por debajo de las necesidades de los clientes”, sostiene.

El experto indica que los desarrollos inmobiliarios que se están ejecutando habilitan entre uno y cinco puntos de carga en promedio por edificio, lo que implica que entre el 95% y el 98% de los futuros propietarios no tendrá acceso a ellos.

“Chile ha tenido un avance sustancial en electromovilidad para el transporte público, transformando al país en líder latinoamericano y ejemplo global. Pero este segmento corresponde a un poco más del 3% del parque, según el último cuadro estadístico de permisos de circulación, publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) para el año 2021”, remarca Donoso.

Al respecto, Celis sostiene que lo más importante es contar con una red de puntos de carga interoperable y de larga distancia. “Esto es clave, ya que vemos que una de las dudas más importantes a la hora de evaluar adquirir un vehículo eléctrico es si el usuario podrá viajar hacia otras ciudades y lo que necesitará para usar los cargadores”, afirma.

Mejorar la tecnología

El director de AVEC estima que se deberá mejorar permanentemente las tecnologías de los puntos de carga. “Esto, frente a baterías que cada vez almacenan más energía y usuarios que exigen mayor velocidad en este proceso”, proyecta.

Revisa este artículo completo en Electricidad N° 270 (septiembre 2022).

 

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