Corría el año 2014, cuando la empresa Smart Cargo comenzó a traer a Chile los primeros triciclos eléctricos, pensando en posicionar un vehículo que destacaba por resultar una alternativa sustentable al creciente tráfico urbano.

Andrés Álamo, gerente general de la empresa, recuerda que en esa época “no se exigía ningún tipo de documento ni licencia. A fines de 2016 los regulan y piden estar homologados. Seis meses después homologamos el primer triciclo eléctrico del país (el que usa Correos de Chile). Actualmente, tenemos más de 15 modelos homologados”.

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El ejecutivo señala que “nos hemos especializado en el servicio técnico y nuestra meta es empoderarnos de la categoría de electromovilidad, danto un buen servicio de posventa, esto es principalmente lo que más valoran nuestros clientes empresa. A la fecha hemos vendido más de 600 unidades y nuestra área de servicio técnico crece cada día. Incluso con mantenciones preventivas a los clientes con flota”.

Contando entre sus clientes a empresas como Abastible, DHL y Cintac, entre otras, Álamo comenta que actualmente “se encuentra abriendo franquicias en Colombia y Panamá, y próximamente en Perú. Nuestras expectativas para 2019 son vender lo mismo que hemos vendido en tres años, 600 unidades más”.

En ese contexto, el gerente general de Smart Cargo considera que “lo que más ayudaría a masificar la electromovilidad, son los beneficios, tanto tributarios como económicos. En Colombia por ejemplo, solo pagan un 5% de impuesto al valor agregado (IVA), tanto el importador como el comprador. Hay otros países donde los vehículos eléctricos no pagan permisos de circulación ni patente. También tienen estacionamiento gratis”.

Junto con ello, resalta los menores costos que tienen los vehículos eléctricos, indicando que “yo soy usuario de un TriMovil y gasto menos de $1.000 a la semana para moverme en Santiago. Las mantenciones, servicio técnico y repuestos cuestan en torno a un 60% menos que para los autos a combustible.

El impulso chileno a la electromovilidad

Sumado a las acciones que están llevando a cabo en materia de comercialización y posventa, Smart Cargo también está incursionando en el ámbito de la investigación y la manufactura.

Es así como Andrés Álamo comenta que “estamos desarrollando un prototipo de baterías de litio hechas en Chile, lo que ayudaría a bajar los costos si logramos producir en serie. Esto podría aportar a la masificación de la electromovilidad en Chile, sobre todo porque nuestros vehículos se cargan directo a 220 V y no necesitan electrolinera. El hecho de poder producir nuestras baterías, sumado al armado de vehículos en Chile, nos permitiría poder exportar a países del Mercosur, que no tienen convenios con China como nosotros. Acá se abre una gran oportunidad para exportar a Argentina, que tiene los aranceles más altos de Sudamérica con China”.