Una inversión de US$5.000 millones involucra el nuevo proyecto de Tesla en China. La primera piedra fue puesta recientemente por Elon Musk, CEO de la compañía, quien explicó en la ceremonia que “dado los recursos con los que disponemos, podremos construir la fábrica en tiempo récord”.

La planta, que se ubicará en el distrito de Lingang, a unas dos horas de Shanghai, China, concluiría su construcción a fines de 2019, para comenzar la producción de automóviles en 2020.

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De acuerdo a lo señalado por Elon Musk producirá inicialmente vehículos de bajo costo del modelo 3 y del modelo Y, enfocados al mercado chino. “Todas las versiones de Modelo S / X y de mayor costo del Modelo 3 / Y todavía se construirán en Estados Unidos”, dice el CEO de Tesla a través de su cuenta de twitter.

Los efectos de la guerra comercial

La nueva fábrica, que comienza a construirse después de cuatro de años de negociaciones, aparece en medio de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, a lo cual Tesla atribuyó, a mediados de 2018, el incremento en el arancel de importación de sus vehículos desde el país asiático en un 40%.

China volvió a contraer este impuesto a un 15%, en una tregua que se mantendrá con Estados Unidos por lo menos hasta marzo. Por este motivo, desde tesla estiman que probablemente una fábrica local –la prima de la compañía fuera de Estados Unidos- los protegería de los aranceles de importación.

Sin embargo, según la compañía de análisis financiero Bloomberg, la inauguración de esta fábrica también se da en un momento en que el mercado automotriz chino se contrajo el año pasado por primera vez en al menos dos décadas, debido a las incertidumbres que rodean la lucha comercial entre las dos economías más grandes del mundo, con signos de debilitamiento de la demanda interna y una caída del mercado bursátil. El entorno desafiante también incluye la competencia de varias startups que quieren ser como Tesla.