Para nuevas tecnologías: Europa busca reservas submarinas de minerales

La UE está interesada principalmente en el litio y cobalto,  para la fabricación de baterías de ion, por la alta demanda que irán teniendo los autos eléctricos.


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La producción en aumento de autos eléctricos, junto a la elaboración de dispositivos móviles, entre otras tecnologías, demandan minerales estratégicos, como cobalto y litio que se usan en los procesos de fabricación.

Con el objetivo de cartografiar los depósitos minerales submarinos, el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) desarrolla un proyecto de la Unión Europea, MINDeSEA, que esta integrado por otras 11 organizaciones internacionales.

Se están estudiando los minerales submarinos de los océanos Ártico y Atlántico, y los mares Báltico, Mediterráneo y Negro en el territorio europeo.

“Se podrá así atender la demanda de cobalto, cobre o zinc, algunos de los minerales más codiciados por las nuevas tecnologías y en los que Europa es deficitario”, explica Javier González, investigador en Geología Marina del Instituto Geológico y Minero de España.

Por ahora, de acuerdo a lo que se informa en el sitio del IGME, se están estudiando los minerales submarinos de los océanos Ártico y Atlántico, y los mares Báltico, Mediterráneo y Negro en el territorio europeo. Así mismo, los resultados del proyecto MINDeSEA serán de acceso público.

El primer mapeo muestra que existen 216 puntos de posible cobalto y 157 de litio y cobalto, aunque las de litio aún no se encuentran reservas importantes como para ser consideradas.

Así también Se han descubierto y mapeado numerosos depósitos de costras (acumulaciones de óxido de hierro y manganeso que forman una especie de pavimento en el lecho del mar) ricas en cobalto en los montes submarinos y en las crestas del área de Macaronesia (Portugal y España).

“Es todavía preliminar, son necesarios más estudios, pero los resultados indican que existe una potencialidad en esas zonas”, destaca Javier González.

El investigador señala que la UE está muy interesada en el litio y cobalto,  para la fabricación de baterías de ion, en el contexto de la alta demanda que irán teniendo los autos eléctricos que, de acuerdo a la Agencia Internacional de la Energía en 2030 llegarán a 125 millones de unidades circulando en el mundo.