Cuando cumplen su vida útil en los vehículos, una opción es que puedan utilizarse en sistemas de acumulación de energía.
Instalaciones también incorporarán una tecnología de superficie que permite absorber dióxido de nitrógeno.
Energizado por un panel solar fotovoltaico, el carro de arrastre de Movener puede efectuar recargas lentas a vehículos eléctricos con una potencia de 3 kW.
Las baterías son el elemento clave en la electromovilidad. Para el futuro, sus mejoras tecnológicas permitirán mayor rango de autonomía en los vehículos. En tanto, su vida útil estará determinada por un uso inteligente por parte de los usuarios.
Futuro instituto contará con un aporte base de inversión de US$260 millones, con el objetivo de convertir a Chile en un polo de desarrollo internacional en la energía solar, la minería de bajas emisiones y materiales avanzados de litio y otros para la electromovilidad.
Las compañías tienen la oportunidad de optimizar sus procesos, sumado al ahorro de costos vinculado a la ventilación de la minería subterránea, pues los vehículos eléctricos no emiten gases.
Intendente Jorge Ulloa destacó que “la electromovilidad, que es un concepto que mucha gente todavía no maneja, es lo que a nosotros nos interesa seguir promoviendo, porque es un instrumento que nos va a permitir un mayor desarrollo de la región y del país”.
Tecnología permite que la energía de las baterías de los vehículos pueda devolverse a la red si el sistema o los usuarios lo demandan.
La instalación de centros digitalizados por parte de los principales actores en este tipo de generación es la principal tendencia en Chile, destacándose el uso de sistemas Scada, la robotización en el mantenimiento y la gestión de grandes volúmenes de datos.
La compañía trabaja para que estos modelos salgan al mercado mundial desde 2020.
