Hace sólo cuatro días que Evo Morales fue elegido Presidente de Bolivia. Y ya comenzaron los problemas y roces con los inversionistas extranjeros. El líder cocalero anunció ayer que renegociará los contratos con las petroleras extranjeras presentes en su país porque, aseguró, «son ilegales» y «nulos».
«Si las empresas petroleras quieren trabajar acá, pueden (hacerlo), las respetamos, pero tienen que subordinarse a las leyes bolivianas. Nuestro gobierno les garantizará recuperar su inversión y también garantizará su ganancia, pero en un marco equilibrado, no como hasta ahora, que sólo aportaban el 18% de regalías para el Estado», dijo el Presidente electo.
Durante la campaña, las 26 compañías petroleras extranjeras que operan en Bolivia -donde las principales son Total (Francia), British GAS (Gran Bretaña), Exxon Mobil (Estados Unidos), Repsol (España), Petrobras (Brasil) y Plus Petrol (Argentina)- miraban con inquietud y recelo a un Morales que proclamaba la nacionalización de los recursos naturales y también hacer cumplir una ley que obliga a las multinacionales del gas a modificar los contratos que éstas habían firmado en 1997 en condiciones muy desfavorables para el Estado.
En dicha ocasión, el entonces Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada entregó el control de los hidrocarburos a empresas extranjeras bajo la condición que éstas tributaran el 16%.
«Ellos, como inversionistas, pueden ser socios, pero no dueños. Bolivia tiene que beneficiarse del recurso del gas, que será la base del nuevo crecimiento económico del país, con la participación del Estado como actor principal del desarrollo del pueblo», sentenció Morales, agregando que «todos los contratos serán revisados. Las multinacionales deben entenderlo».
Desde Francia, el ministro de Relaciones Exteriores, Philippe Douste-Blazy, instó a Morales a garantizar condiciones para que las «empresas extranjeras puedan seguir trabajando en un clima jurídico estable».
Mientras que el presidente de Petrobrás, José Sergio Gabrielli, anunció que se juntará con Morales inmediatamente después de que este asuma como Mandatario. Morales, quien será el primer Presidente indígena de Sudamérica y quien asume el 22 de enero próximo, ha dicho enfáticamente que no expropiará ni confiscará los bienes de las multinacionales. En cambio, aseguró que hará respetar la ley de hidrocarburos que fue aprobada en mayo pasado en el Congreso.
Esta última otorga mayor control al Estado, eleva el pago de impuestos no acreditables ni deducibles, de 16% a 32% y mantiene el 18% de regalías para el Estado.
Fuente: Emol.