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El vínculo del sector con sus stakeholder

Dic 16, 2011

Representante de los sectores de generación, transmisión y distribución eléctrica comentan sobre la implementación y frutos que presentan los programas de Responsabilidad Social.

(Revista ELECTRICIDAD)Desde hace poco más de un año que se encuentra vigente la norma internacional ISO 26000 sobre Responsabilidad Social (NCh ISO 26000:2010), la cual establece un marco normativo y una definición consensuada sobre dicha terminología. “La RS tiene a la organización como su centro de interés y concierne a las responsabilidades de una organización respecto de la sociedad y el medioambiente.

Por lo tanto el objetivo primordial de una organización socialmente responsable, debería ser contribuir al Desarrollo Sostenible (DS)”, explica Regina Massai, consultora en sostenibilidad y socia fundadora de EjeRSer.

Esta definición implica que toda organización debe hacerse responsable de los impactos que produce ya sea en términos económicos, sociales o medio ambientales. “Entendiendo por sociales las prácticas laborales, derechos humanos, responsabilidad sobre el producto y de la sociedad” explica Bárbara Délano, directora ejecutiva de Octopus, quien precisa que “no sólo se debe entender como sociedad a las comunidades aledañas que nos rodea, sino también todo aquello que puede hacer que la sociedad sufra un perjuicio o daño por el hecho de que nosotros estemos ocupando determinados recursos”.

Para la especialista, las distintas empresas que se dedican a la generación, distribución y transmisión eléctrica son organizaciones que deben cumplir con la misma responsabilidad que poseen otras compañía mineras o del retail.”El rasgo distintivo está centrado en que son organizaciones reguladas, y cuando las personas se relacionan con dicho tipo de entidades, sienten que de alguna manera son afectados en diferentes formas ya sea a través de su bolsillo o por un impacto al medio ambiente”, explica Délano.

Es por ello, que los grupos de interés o stakeholders buscan saber lo que están haciendo las compañías eléctricas para mitigar estos efectos negativos, y el destino que poseen los recursos que obtienen.

Gilberto Ortiz, consultor de EjeRSer, indica que el sector generador posee una realidad compleja debido a que sus proyectos eléctricos presentan un gran impacto. “En los últimos meses hemos sido testigos lo que han implicado las movilizaciones ciudadanas, las cuales presentan un nivel de confusión entre la propuesta técnica de la iniciativa y sus impactos”, dice.

Para Ortiz, en la actualidad existe una “contradicción de sustentabilidad” ya que el país requiere proyectos eléctricos, para mantener sus planes de crecimiento y desarrollo. Sin embargo, el marco estatal que existe para fomentar su inversión y generación es considerado débil. “Por un lado, se entregan a las empresas generadoras la responsabilidad de fomentar las inversiones, no obstante el marco de planes que presenta el Estado es débil y no establece la dirección hacia dónde deben implementarse dichas inversiones. Por lo tanto, los proyectos que se generan son producto de las iniciativas que poseen las empresas y no por un marco general de desarrollo de energías”.

Dentro de esta línea, uno de los desafíos que debe enfrentar las compañías eléctricas es internalizar que su negocio debe ser más transparente y estar en mayor sintonía con las expectativas de la ciudadanía, es decir, con todos los grupos de interés.

Bárbara Délano destaca la importancia de establecer un mapa de los grupos de interés de la compañía, ya que de esta manera se puede evaluar y determinar los stakeholder que conocen o quieren a la empresa, o en caso opuesto, los que están en contra de la entidad. “El saber con quién tengo que hablar; de qué tengo que hablar; el porqué tengo que hablar; y a través de qué medio es un tema de comunicaciones estratégica que va unido al quehacer socialmente responsable de la compañía”.

A juicio del especialista de EjeRSer sostiene que los niveles de rechazo que poseen algunos proyectos energéticos se deben a una “política errónea” que tiene las empresas frente a sus grupos de interés. “Las empresas no tienen integrado la necesidad de relacionarse con todos sus grupos de interés. Las compañías entregan información sobre los proyectos, establecen algunas conversaciones e inversiones hacia la comunidad para disminuir resistencia y lograr un ambiente favorable. Pero esto no es considerar los intereses de los grupos de interés”, comenta Gilberto Ortiz y añade que “es una política corporativa de imagen pública. Establecer la relación con los grupos de interés implica considerar las observaciones técnicas, sus observaciones económicas y perspectivas que están vinculadas con el desarrollo regional”.

Frente a este panorama, se debe identificar a los grupos de interés – tanto los contrarios como a los favorables – y establecer relaciones que permitan generar una comunicación bidireccional. “Las compañías generadoras deben incorporar a todos los stakeholder en sus proyectos, desde el principio hasta su cierre (…), considerar mecanismos de diálogos e incorporar sus observaciones – no todas – pero sí estar dispuestos a modificar incluso los iniciativas, porque ello también es parte de la sustentabilidad de los proyectos”, afirma el consultor Ortiz.

Transmisión y distribución

La RS de estas empresas es que no exista inseguridad en la transmisión. Para ello, es fundamental que sean capaces de enfrentar emergencias en forma rápida y oportuna, que tenga sistemas alternativos y asuman los costos y fallas del sistema de transmisión frente a los clientes y usuarios.

Bárbara Délano se refiere a las empresas distribuidoras como “las caras visibles del proceso y son las que reciben los problemas del día a día.

“A mi parecer, poseen un rol activo en la identificación y diálogo con los grupos de interés, en función de ir generando alternativas de mejor calidad, eficiencia, mejoramiento del servicio e innovación con los stakeholder, quienes tienen conocimiento e interés en estos temas”, analizó el especialista de EjeRSer.

Sin embargo, la ejecutiva de la consultora posee una opinión distinta, ya que señaló que las distribuidoras externalizan el área de servicio al cliente, por lo cual los usuarios visualizan a trabajadores que utilizan uniformes de la compañía, pero que no tienen poder de resolución. “Dicha situación genera rabia en el cliente, porque siente que la empresa no entregó una ninguna solución”.

Para Bárbara Délano, directora ejecutiva de Octopus, no hay recetas que indiquen la manera de mejorar la relación con los grupos de interés. Sin embargo, reconoce la importancia de analizar y practicar los distintos espacios de comunicación que se deben establecer con los stakeholder.

A su juicio, y de manera transversal a los tres sectores eléctricos, el programa de RS de dichas compañías están focalizadas en dos tipos de públicos: las autoridades y comunidades aledañas.

Por lo tanto, a estas empresas les falta conocer otros grupos, que poseen distinta información, y que dependiendo de su grado de poder e interés en la compañía eléctrica, pueden llegar a tener la capacidad de paralizar un proyecto energético.

“Estos son planes estratégico de comunicación, los cuales van ligados a los planes de gestión socialmente responsables. Por ende, no hay recetas del tipo haga esto… o haga esto otro…. Lo que sí está claro es que anteriormente existió una época- y que terminó hace muy poquito- en que las únicas personas que había que influir eran las que estaban asociadas a los públicos de decisión como gobernadores, intendentes o ministros…”, explica Délano.

E-CL: generación de valor compartido

E-CL es la principal compañía generadora del Sistema Interconectado del Norte Grande (SING) con una potencia instalada de 3,6 GW.

Dedicada principalmente a la producción, distribución y suministro de energía eléctrica a los clientes industriales y empresas mineras establecidas en el Norte Grande, la compañía cuenta con centrales térmicas en Tocopilla y Mejillones, y centrales diesel en Arica, Iquique y el sector de Barriles – en las afueras de Tocopilla –, más una central hidroeléctrica en Chapiquiña, provincia de Parinacota.

Debido a que sus principales centros industriales se concentran en las ciudades de Mejillones y Tocopilla, la compañía generadora presenta un compromiso de larga data con dichas ciudades, el cual se manifiesta a través de la implementación de un programa de Responsabilidad Social cuyo objeto es generar valor compartido sostenible con sus comunidades vecinas.

Roberto Zazzali, gerente de Procesos y Sustentabilidad explica que el modelo de RS de E-CL se basa en cuatro pilares fundamentales como educación, comunidad, salud y medio ambiente, “los cuales cuentan con diversas iniciativas que contribuyen a satisfacer algunas de las principales necesidades y expectativas tanto para la comunidad como para la empresa”.

El ejecutivo señala que los resultados del programa de RS se pueden verificar, en un corto plazo, mediante el cumplimiento de los convenios suscritos, y en un largo plazo, a través de las encuestas con resultados positivos en percepción y opinión de la comunidad hacia la empresa.

Dentro de las iniciativas que desarrolla E-CL en el marco de la Responsabilidad Social, se encuentran la implementación de más de más de 17 programas de actividades, los cuales están orientados a los ámbitos de la educación, seguridad ciudadana, deportes, salud, cultura, relaciones comunitarias, medio ambiente, voluntariado y turismo.

Dentro de estas iniciativas, cabe de destacar el programa Puertas Abiertas, a bordo del Móvil Tour, el cual se encuentra orientado a exhibir las instalaciones de la compañía a la comunidad, cuyos énfasis son los estudiantes y adultos mayores.

Zazzali sostiene que “es importante que la impecabilidad de la empresa respecto de su propia operación se traduzca en acciones que puedan ser conocidas y comprendidas por la comunidad”. Y agrega que “el programa visitas a las plantas, ha dado la oportunidad de llegar con mensajes claros a los niños, jóvenes y profesores, que han visitado las instalaciones de la compañía mes a mes, recorriendo las diversas áreas, conociendo sus procesos, y recibiendo respuesta a sus inquietudes”.

Transelec: RS y el compromiso por el entorno

Transelec es una empresa de transmisión de energía eléctrica, la cual está presente a lo largo del territorio nacional, en una superficie que abarca desde Arica hasta Chiloé, donde interactúa con más de 138 comunas y cuya extensión de la línea es de 3.168 kilómetros.

El trabajo que desempeña la compañía se centra en la mitigación de los riesgos, ya sean ambientales o sociales, “de hecho, un punto clave de los Estudio de Impacto Ambiental (EIA) es la participación de la comunidad, lo que le permite informar y transparentar el proceso, además de captar los valiosos aportes que brinda la mirada de la ciudadanía a estos desarrollos”, afirma Rodrigo Montes, jefe de Responsabilidad Social Empresarial.

De acuerdo a los lineamientos del programa de RS, la primera responsabilidad es mantener una actitud preventiva y evitar al máximo la intervención en zonas pobladas, para no afectar actividades productivas o alterar el paisaje.

Rodrigo Montes dice que el segundo punto del programa es “aportar a la calidad de vida de las comunidades que integran su zona de influencia, incluso más allá del que es su contribución y responsabilidad central de asegurar un suministro confiable de electricidad”. A ellos, se suman proyectos específicos que surgieron a raíz de los efectos del terremoto del 27 de febrero, que obligó a reenfocar algunos programas y redefinir las prioridades para ayudar a las comunas más afectadas.

A juicio del jefe de Responsabilidad Social, la ejecución del programa obedece principalmente al significado social que implica transportar la electricidad a lo largo del todo el país. “Como la mayoría de los trabajos, el de Transelec implica ser responsable. Y como la electricidad significa oportunidades y calidad de vida para el 95% de los chilenos, entiende que se trata de una gran responsabilidad”.

La compañía ha elaborado una serie de programas e iniciativas las cuales están orientadas hacia su público interno, comunidades vecinas y la sociedad en general. Dentro de las actividades que se realizan a nivel de sociedad se encuentran la Casa sustentable del Siglo XXI, relación con los vecinos, el mágico viaje de la electricidad y juega + con Transelec.

La Casa Sustentable del Siglo XXI es una iniciativa que fue impulsada en conjunto con Fundación Casa de La Paz, para fomentar la creación de prototipos que fueran eficientes en el uso de la energía, agua y residuos domiciliarios. Surgió del concurso Innovando con Energía, en cuya versión 2009 participaron más de 126 propuestas, de las cuales se eligieron 25.

Específicamente, “La Casa” consistió en adaptar el container como vivienda básica, integrando las alternativas innovadoras de cómo contribuir a la eficiencia energética en el hogar.

Los mejores proyectos recorrieron Chile. El viaje se realizó en enero y febrero del 2010, en cuatro ciudades del norte del país, Iquique, Antofagasta, Coquimbo y La Serena, período en que fue visitada por más de 4.000 personas. En noviembre de dicho año se reinició la difusión de la muestra, pues el proyecto recibió la invitación a participar en la Primera Expo Eficiencia Energética desarrollada en el país, entre el 19 y 20 de ese mes en la Estación Mapocho en Santiago. En esta actividad impulsada por el Ministerio de Energía, la casa fue visitada por más de 1.500 personas y despertó el interés otros organismos e instituciones por darla a conocer.

Durante el 2011 la muestra itinerante ha sido invitada a participar en diversas ferias y seminarios vinculados al medio ambiente y eficiencia energética. Ha sido visitada por más de 8.000 personas.

Trabajadores y prácticas laborales: El foco de Chilquinta

César Toledo, subgerente de Comunicaciones y Desarrollo Comercial, explica que el programa de RS consiste en desarrollar acciones que promuevan el desarrollo de la comunidad de la Región de Valparaíso. “Nos interesa fomentar tanto el desarrollo productivo y económico de nuestra zona, como también el desarrollo en su más amplio sentido, el de las personas que habitan esta zona”.

El programa de Chilquinta presenta siete ejes, de los cuales se enfocan en tres: prácticas laborales, medio ambiente y desarrollo social. Con respecto a la temática de los trabajadores, su método de evaluación fue a través de la aplicación de una encuesta que fue desarrollada por el Instituto Great Place To Work.

Toledo dice que “en el ámbito de la empleabilidad laboral, el programa aprendices ha significado la contratación del 50% de las personas que han participado de este programa”.

Con respecto a la línea de desarrollo social se evalúa con la convocatoria y participación de los niños, y “en este sentido los tres programas están siendo sumamente exitosos y valorado porque estamos llegando con acciones de muy buena calidad a personas que no tienen la posibilidad de vincularse con el arte, el deporte y la cultura”, explica el ejecutivo.

Los frutos de la implementación de este programa de RS son “trabajadores contentos y capacitados lo que genera mayor estabilidad dentro de la Compañía y una menor tasa de rotación. Esta felicidad se transmite en cada acción que realizamos ya sea con nuestros clientes, proveedores y entorno social”, señala el ejecutivo.

Entre las actividades que contempló el programa fue la capacitación, para la cual se durante 2011 se buscó la consolidación del Centro de Competencias Técnicas Aplicadas. Con respecto a la inserción laboral, Chilquinta ha desarrollado una iniciativa denominada “aprendices”, el cual tiene por objetivo complementar los estudios de alumnos de escuelas técnicas de la región a través del aporte de conocimientos eléctricos.

En el ámbito medioambiental, el profesional destaca la eliminación de residuos tóxicos responsables, reciclaje de equipos, una cultura paperless y la implementación de ecozonas en distintos puntos de la empresa, lugares donde se deposita material tecnológico en desuso.

Fuente /Revista ELECTRICIDAD

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