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Gobierno impulsará cambios legales para superar los problemas energéticos

Feb 14, 2011

La autoridad busca agilizar el desarrollo de la red eléctrica, que enfrenta trabas por demoras en la construcción.

La Tercera Agilizar el desarrollo y construcción de las líneas de transmisión que unen el sistema eléctrico chileno. Ese es uno de los principales objetivos que tiene el gobierno para superar los problemas energéticos del país. Estos no se asocian con la capacidad para generar energía, sino con la debilidad de la red eléctrica para transportarla hacia los hogares de la Región Metropolitana, por trabas que afectan la construcción de nuevas obras y problemas de planificación.

El biministro de Energía y Minería, Laurence Golborne, espera impulsar cambios a la ley eléctrica para reforzar el sistema de transmisión chileno. «Es necesario avanzar en la legislación en los temas de transmisión, para que esto tenga una racionalidad», señaló.

El gobierno está avanzando en ese punto. De hecho, el ex ministro de Energía Ricardo Raineri ingresó en diciembre al Congreso un proyecto de ley que busca mejorar la forma de obtención de las concesiones eléctricas, proceso que es reconocido por los actores del sector y por los expertos como uno de los principales cuellos de botella para la construcción de una línea de transmisión.

En el gobierno explican que el equipo de Golborne estaría revisando la iniciativa ingresada por Raineri para reactivarla en marzo.

Subinversión

Las señales de la necesidad de robustecer el sistema de transmisión se venían dando desde hace varios años, pero episodios como el terremoto de febrero de 2010 y los reiterados apagones que han afectado al país fueron acontecimientos que la autoridad acogió en el análisis que hace del sector eléctrico.

La experta Vivianne Blanlot explica que el sistema de transmisión está pensado para que en situaciones normales pueda transferir energía requerida en el 90% de los casos. Agrega que no está pensado para situaciones extremas. Por lo tanto, la definición de qué líneas expandir sigue esa lógica.

«Ahora, estamos en una situación excepcional y por eso el sistema no está tan bien capacitado para funcionar. Por eso, hace unos años no se consideró que era económicamente conveniente invertir en reforzar las líneas que hoy están más debilitadas», indicó. Para Blanlot, dada la sensibilidad que genera en el país la crisis energética, ese factor se debería incluir en los modelos al momento de definir qué líneas expandir.

Todos estos factores están siendo analizados por el gobierno. Por ahora, el ministro Golborne hace un crudo diagnóstico: en los últimos siete años ha habido subinversión para potenciar la red eléctrica. «Entre el 2004 y 2010 se invirtieron cerca de US$ 600 millones en transmisión. Estamos hablando de menos de US$ 100 millones por año y hoy estamos haciendo una recomendación de inversión de US$ 900 millones», señaló.

El vicepresidente de Operaciones de Transelec, Eduardo Andrade, va más allá e indica que en el período ha habido un déficit de US$ 400 millones anuales.

Cuellos de botella

Tres son los factores que están atrasando la construcción de las líneas de transmisión: los permisos ambientales, la concesión eléctrica definitiva y la planificación de las obras.

Andrade señala que en este punto, la CNE ya se está haciendo cargo, porque en la última propuesta del plan de transmisión del gobierno se extienden los plazos de construcción, pasando de 30 a 60 meses. «La propuesta de la CNE viene más bien de una maduración del tema y viene también de los sucesos del año pasado, con los apagones después del terremoto. Todo eso apuntaba a que teníamos un sistema de transmisión frágil, tal como nosotros lo señalamos en múltiples oportunidades», dijo Andrade.

Para Bernstein, los problemas en términos de los plazos de ejecución están en la obtención de los permisos ambientales, la entrega de servidumbre y en la aprobación de la concesión eléctrica. «Si antes un plazo para una línea importante tomaba tres años, ahora toma cinco», señaló.

Andrade explica que el gobierno debe avanzar en la aplicación de las leyes ambientales. «Hoy uno de los problemas del proceso ambiental es la discrecionalidad con que la autoridad puede exigir cosas para el otorgamiento de estudios para dar la aprobación», señaló.

Cómo se definen las inversiones

Desde mediados de la década pasada, el desarrollo de las líneas de transmisión sigue un esquema de planificación centralizada. Antes eran los privados quienes definían qué líneas se tenían que desarrollar. Cada cuatro años, la Comisión Nacional de Energía realiza un estudio de expansión del sistema de transmisión troncal, que incluye obras para los próximos cuatro años. El documento representa situaciones promedios y no las situaciones extremas, e incluyen las últimas 40 hidrologías, de las cuales se hace un promedio y sobre la base de eso se definen los requerimientos de transmisión.

Este estudio es entregado al Ministerio de Energía y las empresas. Si una compañía generadora rechaza el plan, el proceso pasa al Panel de Expertos Eléctricos, entidad que agrupa a siete profesionales, que realiza un análisis económico de las obras y estima si, dados los escenarios que se proyectan en el sector, es necesario concretar las inversiones presentadas.

Según explica el vicepresidente de Operaciones de Transelec, en los últimos años, el gobierno ha rechazado varias obras que hoy son importantes, como es la construcción de la subestación Lo Aguirre, que reforzaría la inyección de energía hacia la Región Metropolitana. De hecho sería el tercer nodo, que se uniría a la subestación Polpaico y Alto Jahuel.

Esta obra, que fue propuesta en 2008, recién hoy está siendo incorporada al plan de expansión del sistema.

Fuente / La Tercera

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