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Expertos prevén que costo de la energía en Chile seguirá alto hasta 2025 y afectaría productividad

Jun 14, 2010

En Sudamérica, la energía es más cara en Chile que en Perú, Brasil, Colombia y Argentina, a nivel de generadoras, y en la cuenta residencial sólo en Uruguay es más onerosa. Junto con una matriz más costosa, algunos especialistas señalan las licitaciones de contratos, como responsables del mayor valor de la electricidad, lo que, además, impactaría en el crecimiento del PIB.

(La Tercera) La crisis del gas argentino marcó un antes y un después en la economía chilena. El país revivió el temor a los apagones y también se encareció la matriz energética. Resultado: la electricidad en Chile hoy es una de las más caras de América Latina, sino la más. Y en el futuro cercano no se vislumbra un cambio, lo que le impone un costo en productividad a la economía chilena. Los expertos señalan que la energía, al menos a nivel residencial, se mantendría cara hasta 2025.

La principal razón para ello es que, de acuerdo a la Ley Corta II, los precios de la electricidad en los contratos licitados entre 2006 y 2008 empiezan a regir a partir de 2010 y tienen una vigencia mínima por 10 años, pudiendo llegar hasta 2025. Y son caros. «Nos vamos a quedar con energía alta por varios años, porque las licitaciones se hicieron apuradas, con poca competencia», opina el consultor privado Hugh Rudnik.

Otra razón de su mayor costo es que nuestra matriz energética -las distintas fuentes con las que se genera electricidad- mutó de ser mayoritariamente hídrica, hasta compartir el peso con la térmica, dice Vivianne Blanlot, ex secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Energía. Incluso, hay meses en que el peso de la generación térmica es mayor.

Dado eso, y como los contratos eléctricos se calculan considerando factores como carbón y petróleo, «se acabaron los años en que si llovía mucho bajaba la cuenta de la luz», resume la experta. El parque térmico no es barato. Generar con carbón y el diésel cuesta más que hacerlo con agua y las centrales a gas natural usan de reemplazo el GNL, que está vinculado al valor del petróleo y que está llegando a Chile tres veces más alto que el precio referencial de Estados Unidos. Por eso es caro, dice Francisco Aguirre, socio de Electroconsultores.
Según Blanlot, cuando Argentina cortó el gas natural, y ante la disyuntiva de no tener suministro, se optó por contar con la energía disponible, en este caso térmica. Eso coincidió, señala, con una arremetida ambientalista contra las hidroeléctricas de embalse. Por eso, asegura, mientras no se resuelva si el país quiere o no centrales de embalse o energía nuclear, la electricidad seguirá siendo cara.

Chile en la región

El último reporte de Daniel Montamat, ex secretario de Energía de Argentina, muestra que los precios de producción de electricidad en Chile son más altos que en Argentina, Brasil, Perú y Colombia. Las boletas que pagan las personas también son las más caras, descontando Uruguay. En las empresas chilenas dicen que en Argentina la electricidad es barata, porque el mercado está distorsionado y que Brasil tiene un fuerte componente hidroeléctrico -de hecho, planea construir centrales hidráulicas en la Amazonia- y además tiene petróleo local y gas natural barato que importa de Bolivia. Colombia, en tanto, es un fuerte productor de carbón, mientras Perú dispone de abundante gas natural que explota en Camisea.

El economista Manuel Cruzat Valdés apunta a que superaríamos, en precios, a EEUU. «Los de Chile están absolutamente fuera de equilibrio, tanto a nivel de generación como de distribución (la electricidad que llega a los hogares). En este último caso, los precios en Chile más que duplican los de un americano en su país. Allá se paga alrededor de 11 centavos de dólar por kilowatt/hora (KWh) y en Chile, sobre 22 centavos», señala.

El último informe de Systep, que dirige Rudnik, explica que los precios monómicos (energía más potencia) en el SIC se han más que duplicado: de $ 15 el KWh en 1999 a $ 45 a marzo de 2010. Algunos hablan de sobrecosto. Según Cruzat, «los precios de la electricidad en Chile implican un exceso de cobro por parte de las generadoras, por US$ 1.600 millones anuales que los consumidores deben soportar, o alrededor de un 1% del PIB». Aguirre también ve un exceso en el cobro (ver nota secundaria). Blanlot difiere: la electricidad es cara, porque la estructura de producción de ésta lo es.

Costo país

El Ministerio de Energía, encabezado por Ricardo Raineri, evita calificar de altos o bajos los precios de la energía y sólo señala que estos valores dependerán en los próximos años de la evolución del diésel, el carbón, el índice de precios de EEUU (CPI) y los costos marginales. ¿Cuanto impacta esta situación a la economía de Chile? En un artículo presentado en las Jornadas de Derecho Eléctrico de la PUC, realizadas en 2009, María de la Luz Domper, Gonzalo Blumel y Ricardo Espinoza, explican que «alzas sostenidas en el precio de la energía reducirían la tasa de crecimiento de largo plazo de la economía chilena» y que «la elasticidad precio del producto fluctuaría en torno a 1%». Según Domper, «si los precios de la energía suben por más de 10 años, afectarían el crecimiento promedio en 1%».
Por su parte, Cruzat Valdés estima que el mayor costo asciende a unos US$ 1.600 millones anuales, lo que equivale a 1% del PIB.

El modelo tarifario que ata los precios

La electricidad en Chile seguirá siendo cara, en parte, porque los precios en las tres licitaciones que se han realizado al amparo de la Ley Corta II en los últimos tres años, y que rigen a contar de 2010 y hasta 2025, han ido subiendo, al igual que sus factores de indexación, advierte Francisco Aguirre, de Electroconsultores. «Las generadoras han ofrecido electricidad a precios altos, aprovechando los indexadores de las normas de licitación, como los costos marginales e índices que tienden a prolongar precios desfavorables (al alza) en un mercado que va a la baja por una menor demanda», enfatiza.

Las licitaciones de contratos se gestaron a partir de la Ley Corta II, cuando estaba a cargo del Ministerio de Energía Jorge Rodríguez. Según la norma, las generadoras venden a las distribuidoras a través de subastas. Aguirre señala que las productoras, entre ellas Endesa, Colbún y Gener, presionaron para que los contratos se hicieran por un mínimo de 10 años y hasta por 15 años. Asimismo, la ley establece que si los precios máximos en las bases de licitación son considerados muy bajos por las generadoras, pueden no concurrir al proceso, declarándose éste desierto. Según Aguirre, las generadoras han «seleccionado los indexadores a su conveniencia». En el último proceso, escogieron los que más se incrementan y no los que reflejan su estructura de producción. Así, en las primeras licitaciones del 2006, Endesa usó como indexador el GNL y Colbún el diésel. En las licitaciones de 2008, todas las empresas usaron como único factor el CPI, índice de precios del consumidor en EEUU, «una variable que sólo sube». Por eso, señala, los precios están «distorsionados al alza» y tendremos «electricidad cara desde el 2010 hasta cuando se terminen los contratos la próxima década o el 2025».

Fuente / La Tercera

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