El canciller Celso Amorim ratificó el miércoles la buena voluntad de Brasil en discutir el valor de la energía de la hidroeléctrica binacional Itaipú que Paraguay le vende a su país, pero se abstuvo de confirmar un posible aumento de precio.
El presidente electo de Paraguay, Fernando Lugo, tuvo como caballito de batalla de su campaña electoral una revisión del Tratado de Itaipú, que establece el reparto igualitario de la energía y el cálculo del precio del excedente que su vecino vende a Brasil.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, negó el lunes la posibilidad de revisar el tratado, firmado en 1973, pero dejó abierta la puerta al diálogo con Paraguay.
Amorim minimizó el miércoles anteriores declaraciones sobre el valor de la energía abonado a Paraguay, indicando que «no se si va a haber elevación de precio. No estoy diciendo eso, nunca lo dije,» declaró a periodistas en Brasilia.
«Yo dije que era necesario conversar, creo que es muy malo negarse a conversar, adoptar actitudes de hostilidad, eso no vale la pena,» agregó.
El lunes, el canciller había indicado que Brasil discutiría con Paraguay cómo puede obtener una «remuneración adecuada» por su energía.
En sus declaraciones del miércoles, el ministro dijo que se había referido a una «compensación financiera,» pero no entró en detalles.
«Lo que hay es sentido de justicia y debe haber también realismo. Entonces, vamos a tener que combinar las dos cosas,» agregó.
El ministro brasileño de Minas y Energía, Edison Lobao, dijo el martes que, en principio, su país «no tiene porqué concordar con una revisión de la tarifa» pagada a Paraguay por su energía, pero admitió que la última palabra era de Lula.
El Tratado de Itaipú establece también que Paraguay, que apenas usa una fracción de la energía que le corresponde de la hidroeléctrica, debe vender todo su excedente con exclusividad a Brasil.
Lugo, un ex obispo católico, insistió luego de ser electo en la necesidad de discutir un «precio justo» de la energía con Brasil.
Itaipú, con 20 turbinas la mayor hidroeléctrica del mundo, tiene una capacidad instalada de 14.000 MW.
Brasil paga a su vecino US$ 45,31 por MW de energía, según el ministro Lobao, quien lo consideró un «precio justo,» contrariamente a lo sostenido por Lugo.
Fuente: Reuters.