Ahora, con los niveles de caudal que trae el río San Juan, la represa hidroeléctrica Ullum y La Olla generan entre 340 y 400 GWh al año y se desaprovecha una buena cantidad de agua.
Cuando entre en acción Caracoles, esperan que sea el año que viene, no solo se podrá almacenar más agua para riego y consumo en los años secos, sino que la generación de energía subirá notablemente: Solo esa represa alcanzará los 715 GWh al año. Y Punta Negra -el próximo proyecto que tiene en carpeta el gobierno- sumará por lo menos unos 300 GWh más.
Ahí habrá llegado el momento en que la provincia logre un óptimo aprovechamiento del agua de su principal río, independientemente que aún se pueden proyectar otras represas aguas arriba.
En la actualidad, sólo con la de Ullum en marcha, es mucho lo que se pierde. ¿Por qué? La explicación está en los caudales del río.
Cada tanto, según la nieve que caiga en la cordillera, sucede que el Río San Juan trae un caudal de agua abundante de hasta 3.500 Hm3/año.
Es allí cuando después de descontar los 1.500 Hm3/año que se necesitan para el suministro de agua potable y riego agrícola, y de almacenar los 370 Hm3 -lo máximo que puede contener hoy el dique de Ullum-, el resto de agua hay que dejarla pasar. No se la puede aprovechar para generar energía eléctrica, un bien altamente escaso en estas épocas.
Por el contrario, en los años «secos», el río puede traer 1.200 Hm3 y ahí la presa debe operar al límite, con bajo nivel de generación.
De ahí la importancia de contar con un sistema de embalses escalonados, que se alimenten unos a otros río abajo.
«Tener más diques significa tener más volumen de agua reservada para épocas de sequía, lo que garantiza que el año agrícola no se va a perder. Por otro lado, al encadenar los diques aguas arriba es posible «empuntarlos», es decir, generar en el invierno cuanto el costo de la energía es mayor, independientemente de que el río baje su caudal», explicó Jorge Millón, Subsecretario de Recursos Hídricos y Energéticos.
«Por eso es que nos conviene tanto tener más diques. Hoy se turbina en La Olla y el agua se larga, sigue su curso y la podemos retener en el embalse de Ullum, turbinar allí y nada más. Cuando terminemos Caracoles se va a poder manejar más esa situación, habrá un embalse arriba y otro abajo y se va a poder turbinar cuando la energía es más costosa», agregó.
Manejo del agua
Aunque parezca fácil, el manejo del agua en los embalses requiere de una cuidadosa política que compromete a muchas áreas oficiales con intereses contrapuestos: Hidráulica (agua para riego), Recursos Energéticos (energía), Epse (energía), Osse (Consumo población) y Epre (energía). La reuniones de la comisión se hacen en Hidráulica y son una verdadera mesa de negociaciones, estos años sobre todo, con crisis energética. «Unos piden un poco más de agua y otros dicen «no te puedo dar tanto»», contó Millón.
«No es sencillo. No podemos desconocer que hay una crisis energética y los problemas de consumo se presentan en los meses de junio, julio y agosto, justo en el momento que queremos llenar el dique porque la mayor demanda que es el riego no necesita agua para esos meses», agregó.
El funcionario aseguró también que esas negociaciones serán más fáciles cuando entre a funcionar Caracoles.
Fuente: Diario de Cuyo, Argentina.