Desde el próximo mes, un elemento debería distender, un poco, el ajustado sistema eléctrico del país: el inicio de los mayores cobros por el uso de energía en las llamadas horas punta.
Esta situación -de mayores precios durante cinco horas al día entre abril y septiembre-, que hasta el año pasado comenzaba recién en mayo, mantiene esperanzadas a las autoridades energéticas, pero para el sector agrícola es un grave problema.
El senador UDI por la Región del Maule y presidente de la comisión Agricultura del Senado, Juan Antonio Coloma, afirmó que las mayores tarifas por energía que deberá pagar el sector junto a las demás situaciones que han afectado a la actividad -caída en el precio del dólar, problemas laborales y la fuerte sequía- dan vida a un «cóctel fatal» para la agricultura de exportación. «El mundo agrícola, de alguna forma ha subsidiado al país… y hoy el precio de la energía es más cara en la Región del Maule que en Santiago, pese a que el agua es de esa zona», analizó Coloma, para quien los costos de estas tarifas -los gremios han estimado en US$ 15 millones los mayores cobros durante abril- serán un nuevo golpe al sector.
«Los embalses Colbún, Laja y Maule están en regiones agrícolas, pero no hay ninguna compensación para el sector», analizó Coloma, quien agregó que «el modelo tarifario premia la densidad habitacional». Coloma lamentó «la falta de sensibilidad que ha tenido la autoridad» ante el duro escenario, en especial porque las horas punta buscan desplazar la demanda de energía a otros meses, lo que sí ocurre con otras industrias, pero que para la agricultura resulta imposible, aún cuando el sector sólo representa un 3% del consumo energético del país.
«No hay ninguna intención de entender las características propias que tiene el trabajo agrícola, cuyos esquemas no tienen nada que ver con los que sucede en las demás industrias del país», dijo.
De esta forma, las horas punta se suman a otros factores que tienen pasando por difíciles momentos al sector, los cuales son liderados por la caída en el tipo de cambio, el «principal instrumento de competitividad» para las exportaciones, detalló el senador, quien afirmó que en la actualidad pese a que sólo un 30% de las exportaciones frutícolas van a EE.UU., el 65% del total de envíos se realiza usando la «moneda verde» en los contratos.
Fuente: El Mercurio