“No hubo racionamiento de ningún tipo, salvo un problema puntual en el norte debido al terremoto de Tocopilla. Entonces, el resultado final es que se abasteció toda la demanda y no hubo racionamiento en ningún área del sector energía, aunque con costos muy altos”. Esta es la evaluación de 2007 que hace el director de Synex Ingenieros Consultores, Sebastián Bernstein.
En lo que respecta al año que recién comienza, el secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía entre 1984 y 1990, pronostica que las condiciones debieran ser similares a las del ejercicio que recién pasó, es decir, un 4% de posibilidades de que las autoridades deban aplicar un racionamiento, porcentaje que se replicaría en 2009, siempre y cuando no se presenten años tan secos como 1968 ó 1998. ¿La razón? La instalación en los últimos meses de varias centrales diesel, las que permitirán cubrir los déficit de generación hidroeléctrica que podrían producirse y reemplazar la falta de gas natural, porque “Chile ya aprendió a vivir sin gas natural”, puntualiza.
– ¿Cuál es la perspectiva para 2008 en materia energética?
– Se están haciendo inversiones muy importantes para 2008 y 2009, sobre todo en generación diesel en el corto plazo, y una pequeña proporción de ellas podrá cambiarse a gas natural licuado. En este período está entrando bastante potencia y eso dará una garantía de baja probabilidad de racionamiento. Siempre hay alguna probabilidad, aunque en este caso es baja y parecidas a las que hubo este año.
– ¿Cuál podría ser el momento más complicado de 2008?
– El período más agudo podría darse entre abril y junio, que es cuando esperamos que comiencen las lluvias y se han terminado los deshielos. Ahí hay una baja probabilidad de racionamiento, que dependerá principalmente de que tengamos un año muy seco como 1968 o la temporada 1998-99. Si eso no se produce, pasaremos el año gracias a esta potencia diesel que comenzará a inyectar energía principalmente a partir del segundo semestre y otra parte entra al sistema en 2009.
– ¿Qué papel juega la demanda eléctrica en este marco?
– En 2007 la demanda creció un 4,2%, presionada principalmente por los mayores costos asociados al uso del diesel. Si esta condición se mantiene, la situación de abastecimiento este año y 2009 sería mucho menos estrecha. Sin embargo, no es posible que la demanda crezca permanentemente al 4,5% y la economía un 5%, pero claramente aquí se observó un factor de elasticidad, con industrias que al no poder pagar los costos marginales están instalando motores propios. Esto produce una baja en la demanda, al mismo tiempo que la gente también ha tomado medidas para racionalizar y disminuir su consumo.
-¿Están bien considerados los criterios para aplicar un eventual racionamiento?
– No. Es necesario cambiar la reglamentación del ex artículo 99 bis, que al permitir dictar un decreto de racionamiento que contempla cortes en el suministro, va en contra del espíritu de la Ley discutida en 1990, donde se planteaba que al salir este decreto no se cortaba la luz, sino que se declara una situación de emergencia que permite deteriorar la calidad de servicio, mediante una campaña y presión para que los consumidores rebajen en forma voluntaria su consumo.
-¿Se interpreta mal la Ley?
– El reglamento de la Ley sobre ese punto es erróneo porque interpretó que si sale el decreto de racionamiento, se corta la luz primero por turnos rotativos y se compensa por lo que se cortó. Esta no es una visión moderna de cómo manejar las situaciones de déficit. Lo que hay que evitar a toda costa es que se corte la energía y, por eso, hay que cambiar los reglamentos porque la primera opción no puede ser cortar la energía.
– Este año debuta el sistema de premios por parte de las generadoras para el ahorro de energía de los clientes residenciales ¿Funcionará?
– Espero, pero toda la gestión de ese sistema está bien complicada, toda la parafernalia de los sistemas de ofertas, la resistencia que han tenido las distribuidoras (…) Otro elemento que complica la operación es que el sistema se haría menos atractivo porque se acortará la brecha entre los precios de nudo y los costos marginales.
Fuente: Diario Financiero