Se va Carlos Abihaggle, el mendocino que estuvo cuatro años al frente a la embajada de Argentina en Santiago, marcados con tensiones bilaterales por un caso de espionaje y por el racionamiento del gas.
Pese a ello, antes de partir Abihaggle hace un buen balance de su gestión.
Su debut fue con un escándalo de espionaje en el consulado argentino de Punta Arenas, en noviembre de 2003. Dos militares chilenos fueron sorprendidos en el interior del inmueble y luego vinieron acusaciones en contra del vicecónsul de ese país, José Basbus, que habría pertenecido a la inteligencia del vecino país.
Pero ese episodio quedó en el pasado, en manos de la justicia y Abihaggle prefiere recordar las cosas buenas.
Describe su gestión como «una etapa que se inició en un momento complejo para mi país, que estaba saliendo de una crisis política, económica y social sin precedentes y que culmina hoy en un momento totalmente distinto de la Argentina».
Agrega que él contribuyó «a la profundización de la relación bilateral, hemos acrecentado aún más la confianza entre nuestros países y hemos construido un marco de relacionamiento donde trabajamos conjuntamente en temas como la defensa, la educación» entre otros.
-Ya se habla de un nuevo estilo de relación entre las presidentas Bachelet y Fernández. ¿Qué augurio hace usted?
«Las presidentas Bachelet y Fernández de Kirchner tienen una relación de hace muchos años, de épocas en que aún no pensaban estar ocupando un cargo como el que tienen actualmente. Sin lugar a dudas, esa empatía se traducirá en una mayor profundización de una relación bilateral que ya es estrecha y crece en forma permanente».
-¿Se pudo avanzar más en la integración económica o está satisfecho?
«En un tema tan amplio como éste uno nunca puede considerarse totalmente satisfecho. Por supuesto que se puede avanzar más, no sólo en lo que tiene relación con las barreras no arancelarias, sino en una visión común de nuestro perfil exportador, aprovechando para explorar juntos el mercado global».
-¿El tema del gas fue una piedra en el camino en la relación bilateral?
«No creo que pueda calificarse como una piedra en el camino porque, como se han respetado los acuerdos firmados entre ambos países, no ha generado roces entre los gobiernos. El gas, o la energía en general, es un problema que afecta a los dos países. Saben ustedes que como los países están en etapa de crecimiento requieren cada vez de mayor aporte energético para el consumo domiciliario y el funcionamiento de las industrias».
-¿Ve a Chile y Argentina asociados en proyectos energéticos a futuro?
«¿Por qué no? El tema energético preocupa a los dos países y, por qué no decirlo, a la región en su conjunto. Argentina, por ejemplo, tiene una importante experiencia en materia de energía hidroeléctrica y nuclear; un incipiente pero efectivo desarrollo en materia de biocombustibles. Puede aprovecharse esa experiencia en beneficio de proyectos conjuntos».
-Hay varios proyectos de infraestructura pendientes. ¿Qué posibilidades ve para que se concreten en un breve plazo?
«Los proyectos se están desarrollando, en la mayoría de los casos, conforme a los cronogramas acordados entre ambos países. Creo que es demasiado optimista pensar que todos se van a concretar en un plazo breve; son obras costosas que nuestros países no pueden terminar de un día para el otro. Lo importante es que estamos avanzando con resultados tangibles a ambos lados de la frontera. Quizás no es tan visible en Santiago, pero los pasos fronterizos han mejorado mucho en materia de caminos. Y esos cambios afectan positivamente la vida cotidiana de miles de argentinos y chilenos».
Fuente: El Mercurio