Y como para probar un dicho popular que «Dios es brasileño», ahora parece que hay miles de millones más de barriles de petróleo que lo que se pensaba bajo aguas profundas frente a las costas del país. Exactamente cuántos miles de millones no está claro, pero Petrobras, la empresa de petróleo estatal de la nación, anunció a principios de este mes que estima que el yacimiento de Tupi contiene entre 5 mil y 8 mil millones de barriles.
José Sergio Gabrielli, jefe ejecutivo de Petrobras, se niega a especular sobre cuán grande podría llegar a ser Brasil como potencia petrolera.
Pero sí reconoce que existe el potencial de muchos más descubrimientos en la proporción de Tupi, el cual en sí es el segundo hallazgo más grande del mundo en 20 años, después del yacimiento de Kashagan de 12 mil millones de barriles en Kazajstán, que se descubrió en 2000.
Difícil de extraer
Gran parte del petróleo de Brasil proviene de la cuenca de Campos, en las aguas frente a Río de Janeiro. Se encuentra habitualmente a profundidades de mil a 2 mil metros bajo el lecho marino. Debajo de éste hay una enorme capa de sal, en algunos puntos de más de kilómetro y medio de grosor.
Esto se extiende tanto hacia el norte como el sur, hasta las cuencas todavía menos prolíficas de Espirito Santo y Santos. Bajo la sal, en la cuenca de Santos, es donde Petrobras descubrió Tupi. La empresa también encontró petróleo «subsal» en Espirito Santo, aunque todavía no ha estimado la escala de esto. Gabrielli cree que las dos cuencas han producido relativamente poco petróleo hasta la fecha no porque no haya, sino porque yace más profundamente, bajo la sal.
Petrobras es un líder mundial en la producción de crudo de aguas profundas, pero Tupi está muchísimo más profundo que cualquiera de sus yacimientos existentes. Perforar a través de la capa de sal y la roca dura debajo presenta nuevas dificultades técnicas. El primer pozo de prueba solamente costó US$ 240 millones. Además, hay escasez de mano de obra especializada y equipo en toda la industria petrolera en este momento; aunque Gabrielli señala que la compañía puede transferir personal y recursos desde otros proyectos si es necesario.
A pesar de esta situación, es razonable pensar que la economía y moneda de Brasil van a tener un impulso cuando el crudo empiece a fluir, como se espera, en 2010. El descubrimiento también podría inclinar el equilibrio de poder en Sudamérica más a favor de Brasil. Ya autosuficiente en petróleo, ahora es probable que esta nación se convierta en una exportadora significativa. Eso tal vez reduzca la influencia del Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en la región. Como para subrayar esto, Petrobras anunció el 13 de noviembre que se estaba retirando de un joint venture en Venezuela.
El impulso de Brasil hacia la autosuficiencia petrolera se produce a continuación de la apertura de la industria a la inversión extranjera en la década de 1990, cuando el gobierno también colocó cerca del 40% de las acciones de Petrobras en la Bolsa. El Grupo BG de Gran Bretaña tiene una participación del 25% en el yacimiento de Tupi y Galp Energia de Portugal tiene 10%.
Después del anuncio de Tupi el gobierno retiró los bloques de las cercanías de un remate de derechos de exploración que se debía realizar a fines de este mes. Eso podría señalar un creciente «petronacionalismo». Pero también pareció prudente, puesto que esos bloques pueden valer mucho más a medida que se sepa más del nuevo hallazgo.
En medio de la euforia, lo cual incluyó un salto instantáneo del 26% en el precio de las acciones de Petrobras, se produjo la desconfianza en cuanto al momento oportuno del anuncio. Menos de una semana después que éste se hizo, la compañía anunció una serie poco afortunada de resultados, con ingresos de operación de 22% menos en comparación con el mismo trimestre del año pasado.
¿Interés político?
Petrobras también ha enfrentado crecientes dificultades en el abastecimiento de gas natural a las plantas de energía térmica, especialmente desde que sus yacimientos en Bolivia fueron casi nacionalizados el año pasado.
Algunos consideran el anuncio sobre Tupi como un intento de distraer la atención. El racionamiento de electricidad que llevó a cabo el gobierno anterior en 2001-02 ayudó a Lula a ganar las elecciones.
Una solución ahora sería subir el precio del gas, pero las autoridades están preocupadas que esto alimente la inflación y ponga en peligro la amplitud para nuevas reducciones en las tasas de interés.
Lula y Rousseff, una ex trotskysta que a veces se la menciona como una potencial candidata presidencial por el Partido de los Trabajadores en el gobierno, estaban interesados en asociar el gobierno con el descubrimiento de la empresa petrolera.
Pero quizás el crudo no empiece a fluir sino hasta después de las próximas elecciones presidenciales, en 2010.
La energía puede ser un dolor de cabeza electoral en vez de una bendición para el gobierno.
Fuente: El Mercurio.