Ajenos a los tironeos en las alturas del poder político, los dueños de las fábricas empezaron a prepararse para sufrir nuevos cortes de suministro eléctrico durante el pico de demanda estival, que este verano se agravará por la entrada en funcionamiento del millón de equipos de aire acondicionado que proyectan haber vendido las casas de electrodomésticos este año.
El presidente de Peugeot-Citroën Argentina, Luis Ureta Sáenz Peña, admitió ayer que “el verano ya se está sufriendo” en la industria, aunque consideró que se trata de un problema “superable”. El jefe de la multinacional gala no es el único que mira con temor el termómetro.
En la Unión Industrial de Córdoba (UIC), por caso, calculan que el déficit energético –la diferencia entre la demanda y la oferta– rondará durante al menos dos meses los 1.200 megavatios de potencia, un caudal similar al que se les recortó a las fábricas durante los peores fríos del invierno. Ureta Sáenz Peña se cuidó de cuestionar al Gobierno por la decisión de priorizar el consumo residencial al abastecimiento a la industria, algo que la mayoría de sus colegas critica en privado pero que muy pocos se atreven a verbalizar. “Tal vez nos costó más cara la producción, pero seguimos batiendo todos los récords. Al cierre de octubre ya produjimos más que en todo el año pasado”, dijo el empresario durante la presentación de la Conferencia Industrial de la UIA que arranca mañana en Pilar.
La UIA evitó chocar con el Ministerio de Planificación cuando empezaron los cortes más severos del invierno, que repercutieron en la producción fabril y en la balanza comercial de junio a agosto. En su encuentro anual de mañana y pasado, la entidad igual insertó un panel sobre infraestructura donde hablará Oscar Vignart, ex jefe local de la multinacional Dow Chemical, una de las más castigadas por las restricciones.
En el interior del país, donde más se sintieron los cortes junto a los barrios populares del Conurbano bonaerense, el cálculo que sacan los industriales es que la oferta de energía adicional respecto del invierno será de apenas 30 megavatios de potencia. Pero también advierten que eso se consumirá íntegro por la mayor producción. Y por los acondicionadores de aire, de los que ya hay un 20% más funcionando que en 2006.
El Gobierno dice que habrá 300 MW más, por los cortes de Chile.
Otro de los temores que sobrevuela a las fábricas es la posibilidad de que se complique la importación de energía uruguaya desde Salto Grande a raíz de la controversia por Botnia. Desde allí llegan 600 megavatios de potencia que le sobran al país oriental, pero que nadie considera permanentes en un escenario de tensión como el que sobrevino a la Cumbre Iberoamericana de Chile.
Al margen de ese riesgo, lo que también podría complicar el panorama es el bajo caudal de los diques de la cuenca neuquina. Recién en marzo próximo entrará a funcionar la primera de las dos centrales térmicas de 800 megavatios que comenzó a levantar Planificación. En un primer tramo aportará sólo 450.
Fuente: El Cronista