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(Argentina) Argentina puede cubrir con energía nuclear 30 % de electricidad

Sep 26, 2007

Argentina puede pasar del ocho al treinta por ciento de su producción de electricidad con energía nuclear, para lo que se requiere consenso social, afirmó Carlos Rey, vicepresidente de la CNEA. «Con el tiempo se incrementará la demanda de energía en la Argentina, que habrá que satisfacer» con una combinación de fuentes energéticas hidráulica, nuclear […]

Argentina puede pasar del ocho al treinta por ciento de su producción de electricidad con energía nuclear, para lo que se requiere consenso social, afirmó Carlos Rey, vicepresidente de la CNEA.

«Con el tiempo se incrementará la demanda de energía en la Argentina, que habrá que satisfacer» con una combinación de fuentes energéticas hidráulica, nuclear y fósil, afirmó Rey.

En el marco del Seminario de Periodismo Científico del Mercosur que desarrolla la Secretaría de Ciencia y Tecnología en las instalaciones de la CNEA en Bariloche, el especialista en planificación energética dijo que la entidad atómica «está empleando una política lo más agresiva posible para incorporar gente nueva» a la planta.

«Nos han permitido contratar gente para tres proyectos prioritarios que son colaborar con la finalización de la central Atucha II, reactivar la minería de uranio y construir un prototipo del reactor Carem» de baja potencia, dijo Rey a Télam.

El directivo de CNEA informó que «el presupuesto con el que cuenta la Comisión para 2008 es de 320 millones de pesos, de los cuales casi la mitad corresponde al pago de sueldos».

El presupuesto de la entidad «durante 2001 y 2002 fue de 80 millones de pesos», dijo.

«El presupuesto ha venido evolucionando favorablemente y este año, a caballo de esos tres proyectos, hicimos una incorporación agresiva de personal nuevo contratado y recién el año próximo vamos a poder mejorar la cantidad de planta permanente».

El mencionado reactor Carem es un equipo de baja potencia «con un prototipo de 25 MW que se puede escalar de 150 MW a 300 MW, que lo hace apto para generación distribuida y para exportar, porque hay un mercado en el mundo para reactores de esa magnitud, para redes pequeñas».

«Esto no se recupera en dos días y una de las características de la actividad nuclear es que no se puede improvisar, requiere tiempo de formación y los operadores de cualquier central demandan entrenamiento, exámenes psico médicos y una licencia para operar», agregó.

Rey sostiene que no cualquier país del mundo puede operar centrales atómicas, que requiere normativas que Argentina cumple: «Pese a haber estado malherida, la actividad nuclear todavía vive y crece», afirmó.

Argentina tiene una demanda de punta del orden de los 18 mil MW. Para satisfacer esa necesidad, el especialista sostuvo que «el ideal para Argentina es un mix compuesto por un 30 por ciento de energía de fuente hidráulica, y otro tanto de fósil y nuclear, con un 10 por ciento de fuentes alternativas, como la eólica».

La combinación reduce además «la emisión de gases de efecto invernadero».

«Se puede alcanzar en Argentina el 30 por ciento, para lo que se requiere consenso social y una historia nuclear para operar las centrales con responsabilidad y seguridad», condensada en los 57 años de existencia de la CNEA desde su creación el 31 de mayo de 1950 por el gobierno de Juan Domingo Perón.

«No hay región o provincia de nuestro país que no tenga actividad atómica; Argentina es un país nuclear que completó todas las etapas del ciclo de combustible para reactores de potencia», fundamentó.

Esto incluye las dos centrales en operación -Embalse y Atucha I-, una en construcción -Atucha II-, tres centros atómicos -con aplicaciones de la tecnología nuclear, seguridad y ambiente, medicina, investigación básica y educación-, producción de uranio en la ciudad mendocina de San Rafael -actualmente suspendida y agua pesada en Neuquén.

La central de Embalse «está utilizando tubos de Zircaloy para introducir en el reactor, que consiste en un haz de 37 delgados cilindros de 50 centímetros, que pesa 21 kilos y está construido con un material liviano como el aluminio, anticorrosivo, maleable y «transparente» a los neutrones, es decir, que los deja pasar en el procedimiento de fisión (ruptura) de núcleos que libera energía.

La energía producida con uno de esos haces «equivale a la de unos 1.500 tambores de 200 litros de petróleo», cuyo precio de mercado alcanzó los 83 dólares el barril, ponderó Rey
Fuente: Télam.

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