Otro superávit que se esfuma: el energético. Trascendió ayer que en julio, la Argentina tuvo un intercambio comercial negativo en materia energética (crudo y derivados, gas natural y electricidad) de US3 millones. Si bien el monto no es significativo, es una mala señal, habida cuenta de que desde mediados de los 90 no ocurría. El mes pasado, según fuentes oficiales, hubo US44 millones de exportaciones contra US67 millones de importaciones. En ello incidieron claramente las menores ventas de gas a Chile, las mayores compras a Bolivia y al mismo tiempo las importaciones de energía eléctrica desde Brasil y Uruguay que se debieron efectuar para afrontar la crisis. En julio de 2006 se había verificado un superávit de US74 millones. Todo indica que, por razones climáticas y menor demanda local, este saldo negativo se corregiría en los próximos meses. Pero seguramente agosto también habrá de cerrar en negativo.
Déficit persistente: Así el país vive una paradoja: si bien hay reservas y fuentes de generación importantes, por la paralización de proyectos, ante la inseguridad que se plantea a empresas, se vuelve a un déficit energético. De mantenerse la ausencia de inversiones, éste se hará más visible con el transcurso del tiempo. El horizonte de reservas petroleras, según datos oficiales, alcanza a poco más de 10 años, y para el gas, a 12 años. Otro aspecto a considerar es la consecuencia fiscal que todo esto trae aparejado: la importación de gas de Bolivia, la importación de energía eléctrica de Brasil y el abastecimiento de fueloil proveniente de Venezuela para centrales eléctricas se efectúan, obviamente, a precios internacionales.
Clima: En el análisis de lo que acontece en lo que va del año hay que considerar que las exportaciones suman US.723 millones contra importaciones por US.422 millones. Muy diferente era lo que acontecía en 2006, cuando en el mismo período se exportó por US.445 millones contra US86 millones. Está claro que el clima en el país influye también en este cambio del intercambio comercial, más allá de las señales negativas que se envían a inversores. «Tras inviernos secos, vienen veranos con altas temperaturas», señalan fuentes del sector anticipando una nueva escasez energética para fin de año. Nadie esperaba temperaturas tan bajas como las observadas este invierno. Ahora, en el Ministerio de Planificación a cargo de Julio De Vido, todas las miradas están centradas en lo que pueda suceder con la demanda energética en el verano y eventuales planes que se deberían aplicar para superar airosamente y sin restricciones la escasez de energía eléctrica que podría sobrevenir.
Fuente: Ambito Financiero, Buenos Aires, Argentina.