El miércoles pasado, en una entrevista con radio Cardinal, Sarubbi defendió el proyecto de novación del acuerdo de Yacyretá que propuso el Gobierno argentino y que supone un reconocimiento parcial de la deuda que se generó en Yacyretá a favor del Tesoro argentino merced a la violación sistemática del Tratado y a la Nota Reversal de 1992, que fue rechazada por el Congreso de Paraguay.
La propuesta defiende la admisión de una deuda de más de US.000 millones, que la EBY pagaría a Argentina con energía eléctrica durante 42 años. Sarubbi aseguró inicialmente que la energía que recibirá Argentina se cotizará a precio de mercado. ABC le recordó, sin embargo, que el borrador del acuerdo nada dice al respecto; que por el contrario, el documento señala únicamente que para saldar la deuda, Argentina recibirá unos 350.700 GWh (1 GWh = 1.000.000 kWh), en 42 años. Luego, si la deuda que se saldará es de US.000 millones, y se cubrirá con esa cantidad de energía, se desprende que el valor de esta es de US7,73 por MWh, lo que hace casi US8 por MWh.
Ayer, Sarubbi llamó a radio Cardinal y corrigió su versión. Ahora dice que la energía se venderá efectivamente a US7,73 por MWh, pero que la empresa argentina que recibe la energía la revenderá al mercado argentino a precio del mercado, y que lo obtenido por esa venta pasará a integrar un fondo de fiduciario que administrará la propia Binacional, y que se utilizará mayormente en el financiamiento de obras similares a la EBY (se refiere al proyecto de construir la hidroeléctrica Corpus) y a otras inversiones en la zona de frontera de ambos países.
Cuando se le preguntó por qué habría que crear un fideicomiso (registrado a nombre del Gobierno argentino) para administrar un dinero que de todas formas lo debe administrar la EBY, señaló que la verdadera intención paraguaya es que el país pueda comprar el 50% de la energía que genera la entidad –y que le corresponde–, a un precio que no alcance los US8 por MWh, por el período que dure el pago de la deuda con Argentina; vale decir, 42 años. La explicación de Sarubbi no tiene lógica. El precio de la energía que compran los socios se establece de acuerdo con los costos operativos de la hidroeléctrica y los costos financieros (estos últimos relacionados exclusivamente con la deuda de la entidad).
Si se anulara la totalidad de la deuda (como reclaman los analistas locales) o se cancela la mayor parte de ella con una venta anticipada de energía, el precio que pagan los socios por la energía bajará inexorablemente. Nada tiene que ver ese fenómeno de precio con la creación del fideicomiso, ni con la intención de Argentina de incluir en el contrato de novación el pago de la deuda con un total de 350.700 GWh de energía. La confusión en el discurso oficial crece.
Fuente: ABC, Paraguay.