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(Argentina) El Gobierno de Kirchner afronta su primera gran crisis energética

Jun 25, 2007

Argentina está al borde del colapso energético. Los empresarios se tragan el humo que sus fábricas no generan, las grandes superficies recurren a generadores propios, el transporte funciona a medio gas y la corriente viaja en escalera. La crisis energética ha llegado y, salvo inyección económica y nueva obra pública, amenaza con quedarse por varios […]

Argentina está al borde del colapso energético. Los empresarios se tragan el humo que sus fábricas no generan, las grandes superficies recurren a generadores propios, el transporte funciona a medio gas y la corriente viaja en escalera.

La crisis energética ha llegado y, salvo inyección económica y nueva obra pública, amenaza con quedarse por varios años más.

Edificios públicos, bancos, fábricas, cementeras, supermercados, transporte… Los recortes afectan a las principales actividades comerciales y, en el plano particular, los usuarios han sufrido apagones que el Gobierno intenta evitar sacrificando la producción industrial.

«El corte del gas a las industrias es total en toda Argentina y la reducción del abastecimiento eléctrico ya está institucionalizada de cinco a ocho horas diarias. Estimamos que hay unas 5.000 empresas afectadas».

El país, tal y como explican en el sector, atraviesa «su crisis más profunda porque no tenemos reservas para satisfacer la demanda».

«Al filo de la navaja»

Cammesa, la compañía responsable de administrar el mercado de la electricidad, «ordenó reducir el servicio eléctrico. Es la primera vez, desde finales de los años 80, que da esa instrucción».

Las distintas empresas del sector recuerdan: «Las leyes de la física son inexorables. Se están cumpliendo los pronósticos. La «congelación» de precios en la cadena energética, -petróleo, gas y electricidad-, trae aparejada esta situación al desalentar las inversiones. Hasta ahora veníamos al filo de la navaja, pero zafábamos (escabullimos) del problema. Ya no».

En concreto, se refieren a las consecuencias de la «congelación de las tarifas, -desde enero de 2002- que afecta, entre otras empresas, a las españolas Endesa -a través de su filial Edesur- y a Gas Natural. Como efecto inmediato de aquella medida -que se mantiene para los usuarios particulares- se desalentó a las inversiones. Esto significa que el mantenimiento de instalaciones y la actualización de maquinaria no ha sido sostenido. Ahora no damos abasto», explican las fuentes mencionadas.

No hay energías alternativas

Rodolfo Banchio, presidente del Departamento de Energía de la Unión Industrial Cordobesa, añade: «Otro problema es que Argentina, a diferencia de España, no tiene energías alternativas como la eólica, a pesar de disponer de unas condiciones excepcionales».

En este contexto, confirma: «Con la situación tarifaria actual no es tentador invertir en nuevos gasoductos, en exploración y en producción. La situación es grave pero el pronóstico para el año que viene es todavía más preocupante».

El impacto de la crisis en la provincia de Córdoba, donde se encuentran las principales empresas de automoción, como Fiat y Renault, es mayor que en el resto de Argentina.

«La interrupción del gas desde hace ocho días es del 100%, incluidas aquellas que tenían contratos ininterrumpibles», recuerda Banchio.

La fábrica de camiones Iveco se ha visto obligada a suspender el segundo turno de sus trabajadores y la misma medida adoptó General Motors esta semana y prácticamente la totalidad de las empresas.

En situación límite pero con «tarifas domésticas tan bajas que no resisten ninguna comparación internacional -insisten las fuentes- se favorece el consumo irracional. Como la electricidad es tan barata, la población derrocha. Hasta ahora, el clima actuaba a favor, pero con la ola intermitente de frío que azota Argentina, con temperaturas bajo cero, la situación ha cambiado y el sistema colapsa».

Taxis y vehículos, sin gas

Otra prueba del «colapso» se aprecia en los apagones programados que sufrió días atrás la población pero también en otros ámbitos donde energías alternativas como el gas son clave.

Centenares de taxistas bloquearon distintos puntos de la capital federal hace unos días en protesta por la falta de gas, combustible que utilizan -según fuentes oficiales- más de 20.000 taxis y 1.300.000 vehículos particulares.

Situación límite

Las compañías distribuidoras, entre ellas Gas Natural, reconocen que «la situación es límite, la medida es un trastorno, pero el 98% de los vehículos son duales, es decir, pueden utilizar gasolina aunque el gas sea un tercio más barato».

Tanto la compañía de capital español como el resto de las distribuidoras se han visto obligadas a tomar decisiones drásticas. «Se ha interrumpido el suministro a las industrias para dar prioridad al consumo doméstico», insisten.
Fuente: Abc de España

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