En 2004, cuando comenzó el problema de suministro de gas desde Argentina, en Chile se planteó la alternativa de traer el hidrocarburo en forma líquida a través de barcos. El gobierno le encargó a Enap viabilizar el proyecto, para lo cual se estableció un pool de consumidores, donde participaron los principales afectados por la falta del hidrocarburo en la zona central: generadoras y Metrogas.
De costos iniciales en torno a los US$ 400 millones y una fecha de puesta en marcha del terminal de regasificación y almacenamiento para mediados de 2008, hace pocas semanas las empresas que le dieron forma a la sociedad GNL Chile reconocieron que la planta no estaría operativa antes de mediados de 2009, mientras que los costos se inflaron hasta los US$ 940 millones por cambios en la capacidad del proyecto que pasó de 12 millones de metros cúbicos diarios a 18,9 millones.
En paralelo, la estrechez de suministro de gas natural en el norte, obligó a plantearse alternativas de respaldo: una planta de GNL, proyecto dirigido por Codelco, en que el costo de la instalación de la planta de regasificación de GNL será asumido por las mineras. Por su parte, la volatilidad del precio del gas natural licuado, que puede oscilar entre los US$ 4 y US$ 14 por millón de BTU (unidad térmica británica), es otro de los elementos que siembran la duda en el país, respecto de la conveniencia de involucrarse en los proyectos de GNL. Además, informes internacionales adelantan que dentro de un par de años se reduciría la disponibilidad de este combustible.
Fuente / Diario Financiero