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(Chile) Fontaine y Danús, Las “cuentas alegres” de su jugada eléctrica

Jun 8, 2007

Silenciosamente, mientras el mercado eléctrico chileno ha estado concentrado en megaproyectos como las centrales de Aysén y la planta de GNL, South World Consulting (SWC), empresa en la que participan Paul Fontaine y Rodrigo Danús, ha jugado sus cartas en este sector. Es así como actualmente tienen una participación minoritaria en la planta de ciclo […]

Silenciosamente, mientras el mercado eléctrico chileno ha estado concentrado en megaproyectos como las centrales de Aysén y la planta de GNL, South World Consulting (SWC), empresa en la que participan Paul Fontaine y Rodrigo Danús, ha jugado sus cartas en este sector.

Es así como actualmente tienen una participación minoritaria en la planta de ciclo abierto Campanario, donde son socios nada menos que del fondo Southern Cross y tienen en carpeta otros proyectos de generación eléctrica que van desde una planta en Tierra Amarilla en la III Región a diesel, dos centrales a carbón, una en la zona central y la otra en el sur y algunos proyectos hidroeléctricos de pasada que están recién comenzando a analizar.

Además de eso, realizan consultorías a empresas de la talla de British Gas y Petrobras y tienen una crítica visión respecto de la manera cómo se hacen las cosas en el mercado eléctrico y de los proyectos que hoy aparecen como las soluciones a la problemática energética del país.

Campanario

Su incursión en el mundo de la generación partió hace unos meses cuando entraron al proyecto Campanario. La central, ubicada en la VIII Región, opera con gas y diesel, posee dos turbinas de 60 MW cada una y se espera una tercera operando en febrero de 2008, con lo que su capacidad aumentará a 180 MW, con una inversión total de unos US$ 110 millones.

La gran ventaja de esta central es que recibe gas desde Gas Pacífico que está conectado directamente a Neuquén en Argentina y que no tiene el mismo régimen de cortes que Gas Andes y es un poco menos restrictivo.

Además, se trata de un proyecto que no opera con contratos directos con clientes, sino que vende al sistema despachando a costo variable.

«Fue un proyecto pensado en que dada la estrechez del mercado, iba a ser necesario para el país y ha sido súper necesario.Si no estuviera Campanario funcionando el sistema estaría mucho más apretado y la idea es que este proyecto tenga mucha generación hasta que empiecen a operar las plantas de carbón. De aquí al 2010 va a ser vital», explica Danús.

Lo mismo, agrega Fontaine, es lo que buscan con la Central a diesel Cardones en Tierra Amarilla, que tendrá una capacidad de generación de 160 MW y que está pensada como de emergencia.

Ya presentaron en marzo pasado la Declaración de Impacto Ambiental, esperan en julio contar con la aprobación de la Resolución de Calificación Ambiental y están a punto de firmar con un inversionista para compartir la inversión del proyecto que bordearía los US$ 80 millones.

«Va a estar operativa justo para el momento más crítico del sector eléctrico chileno el año 2009, ese sería el objetivo fundamental», dice.

Para las centrales a carbón esperan entregar los Estudios de Impacto Ambiental a fines de este año, mientras que el interés por los proyectos hidroeléctricos partió por un inversionista particular que les encargó buscar alternativas entre dueños de derechos de agua que estén interesados en explotarlos en este rubro.

Ya tienen tres opciones en vista que van desde los 5 MW a los 100 MW en distintas zonas del país y estiman que existe un potencial de 1.000 MW a lo largo de Chile en proyectos de este tipo. La inversión estimada para estas centrales es de unos US$ 1.600 por kilo.

Disparan contra Ley corta II y centrales de Aysén

Pero no sólo proyectos tiene esa dupla. Su visión particular respecto de temas eléctricos también ha tenido eco en otros actores.

Es así como a raíz de una columna de opinión de Fontaine sobre la ley corta II, algunos parlamentarios podrían presentar una modificación en la ley.

En ella, Fontaine planteó que el cambio realizado, si bien creó los incentivos correctos a largo plazo, amplió el diferencial de precio entre los contratos libres y los de precios nudo de 10% a 30%, lo que significó que el precio nudo subiera 20%, afectando los contratos antiguos. A su juicio, la ampliación de este diferencial debería haber comenzado a regir en la próxima fijación de precios nudo en 2009.

Respecto de las centrales de Aysén, ambos plantean que el proyecto no implica ningún beneficio para Chile en términos de tarifas y no serían necesarias en términos de suministro, debido a que la capacidad de generación se podría suplir a través de centrales a carbón y eventualmente proyectos nucleares.
Fuente: Diario Financiero

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