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(Chile) Gas natural a domicilio: un privilegio del 8 por ciento

May 29, 2007

El consumo de energía en los hogares va en aumento, pero aún el principal bien que lo satisface es la leña. Esa es la conclusión del estudio «Una estimación de los impactos en los presupuestos familiares derivados del sostenido aumento en los precios de la energía» que realizó la Universidad Austral en conjunto con la […]

El consumo de energía en los hogares va en aumento, pero aún el principal bien que lo satisface es la leña.

Esa es la conclusión del estudio «Una estimación de los impactos en los presupuestos familiares derivados del sostenido aumento en los precios de la energía» que realizó la Universidad Austral en conjunto con la consultora Aserta, recientemente entregado al Ministerio Secretaría General de la Presidencia.

El gas natural, que tiene gran importancia en la generación de electricidad y en el uso industrial, es sólo el 8% de la energía consumida en los hogares según esta investigación, mientras que la leña ocupa un 59%.

PRESUPUESTO FAMILIAR

El estudio muestra que la participación de la energía en el presupuesto familiar aumentó significativamente en los sectores más pobres (12% en los quintiles más pobres de la macrorregión Austral).

Por el contrario, en el caso de los quintiles más acomodados, la energía no supera el 1,8% de participación en el gasto de las familias.

Los resultados señalan que en el período 1996 – 2006 las diferencias se han ahondado, esto es, que la energía «pesa» cada vez más en los quintiles más pobres y menos en los más acomodados.

Así como la leña es el energético más utilizado, el consumo per capita de electricidad en el país, es de alrededor 2.500 kwh/mes, lo que nos asimila desde el punto de vista de la energía, más a perfiles de países en desarrollo y pobres que a países industrializados o ricos de la Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE), en donde el promedio supera los 7.000 kwh/mes.

MEGAPROYECTOS

De estos datos podría desprenderse un esfuerzo mayor en el uso de la electricidad que en el de otros energéticos, como la leña, el petróleo o el gas.

No obstante, los investigadores subrayan que la ciudadanía debe asumir responsablemente las dificultades (y costo económico y ambiental) que resulta de la paradoja de mantener patrones de consumo energéticos como los actuales -muy elevados- y el frecuente rechazo a los megaproyectos energéticos que dan respuesta al voraz consumo desigual de energía.
Fuente: La Nación

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