El fantasma se aproxima. A punto de partir 2008, las empresas están planeando sus nuevos presupuestos y se preparan para el que probablemente será uno de sus años más difíciles en términos energéticos. ¿Razones? La falta de nuevos proyectos de generación, la intensificación de los recortes de gas natural argentino, el alza en los precios de la electricidad e, incluso, posibles nuevos incrementos en el valor del petróleo.
La preocupación en torno al tema no es nueva y cruza todo el espectro empresarial. Con sus matices, claro, porque hay sectores en los que el problema se torna más sensible, como el minero o el metalúrgico, para los cuales la pista podría ponerse más pesada en el ejercicio que viene. Más que en los anteriores años, donde según cálculos de Diego Hernández, presidente de BHP Billiton, la crisis energética tuvo un costo, sólo para la industria minera, de US$ 457 millones anuales entre 2003 y 2007.
El punto es que en la minería los costos no sólo se miden en dinero, advierte Marcelo Awad, presidente ejecutivo de Antofagasta PLC, el brazo minero del grupo Luksic. “Con el fuerte impacto de la electricidad en los costos, el sector minero chileno está perdiendo competitividad con otros países ricos en recursos naturales como el cobre”, advierte.
Para él la envergadura de la crisis del año entrante será similar a la de 2007. Mientras tanto Antofagasta -que está en medio de un plan de inversiones por US$ 3.000 millones- está buscando soluciones.
La empresa solicitó 16 equipos electrógenos de respaldo, para distribuirlos entre sus tres operaciones: Michilla, Tesoro y Los Pelambres y el proyecto Esperanza. La inversión es de US$ 14,7 millones.
En el sector forestal, la segunda industria exportadora chilena, la visión para el 2008 no es más optimista. Gonzalo García, secretario general de la Cmpc del grupo Matte, afirma que la productora de celulosa y papel – que tiene previstas inversiones por US$ 350 millones en 2008 -espera una situación similar o incluso un poco peor a la de este año en lo referente a abastecimiento y costo energético.
Como muchas otras empresas del país, ha tenido que usar combustibles alternativos al gas argentino. Para paliar la situación, la compañía está trabajando en mayores eficiencias en sus procesos y estudia proyectos de cogeneración con biomasa.
Sector alimenticio
Watt´s, del grupo Larraín, no sólo cree que los problemas de abastecimiento y el encarecimiento de la energía seguirán en 2008, sino que se extenderán a 2009. Su gerente general, Rodolfo Véliz, reconoce que los costos se han encarecido en $ 150 millones por mes. “La energía ha aumentado su costo, el vapor también y el diésel está más caro”, afirma. Todo esto hace que los gastos totales en energía “se hayan incrementado en un 40% para nuestros procesos productivos”, añade.
Para enfrentar el difícil escenario, la firma ha generado proyectos internos de ahorro de energía por alrededor de US$ 1 millón, a lo que se unen iniciativas como cambios de combustibles, aumento en la flexibilidad de los equipos para usar distintos tipos de energía y anticipo de contratos de abastecimiento de energía eléctrica que, aunque más caros, les dan mayor seguridad. Mientras tanto, dice, habrá que “apretar los dientes”. Soprole, por su parte, está desarrollando una estrategia energética para asegurarse el acceso a la energía, afirma su gerente general, Hugo Covarrubias.
En Agrosuper también esperan una mayor intensidad del problema energético para el próximo año. “Esta situación nos preocupa dados los brutales incrementos que se han dado y que se esperan”, dice un ejecutivo, y agrega que ya han tomado medidas para enfrentar eventuales fallas, como la adquisición de equipos de respaldo.
Los mayores costos de la energía también golpearán a las pesqueras. Según fuentes de Corpesca, del grupo Angelini, dado el alto precio del petróleo “es probable que éste llegue a representar, en 2008, hasta 30% del total de los costos operacionales”.
En el sector vitivinícola también hay preocupación por el panorama energético para 2008. René Merino, presidente de la Asociación de Vinos de Chile, afirma que el inicio anticipado del horario de invierno, junto con los altos costos de la energía, elevarán los costos de producción de la industria vitivinícola en US$ 30 millones para 2008.
Fuente: La Tercera.