América Latina, en especial algunos países del Cono Sur, tienen condiciones «muy favorables» para la producción de biocombustibles, señaló un estudio de la FAO y la CEPAL difundido en Santiago.
El documento «Oportunidades y Riesgos de la Bioenergía,» solicitado a ambos organismos por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, analizó los impactos positivos y negativos que la bioenergía puede tener sobre la seguridad alimentaria de la región y el medio ambiente.
El documento, confeccionado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Fondo de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), advierte que los eventuales riesgos de esta energía para la región dependerán de la velocidad de cambio de la nueva industria energética.
Para contrarrestar efectos negativos y potenciar beneficios a amplios grupos de la población, según el secretario ejecutivo de la CEPAL, el argentino José Luis Machinea, es necesario «coordinar políticas entre las esferas agrícola, energética, medioambiental, comercial, financiera y tributaria.»
Según el documento, los altos precios del petróleo y los menores costos de producción en América Latina facilitarán el impulso de esta nueva industria en la región.
El análisis de la CEPAL y la FAO señala que Brasil, Bolivia, Argentina, Colombia, Paraguay y Uruguay, tendrían las mejores condiciones para liderar la nueva industria energética con la producción de etanol, que tiene como base la caña de azúcar y maíz.
En tanto, Brasil, Argentina, Perú, Colombia y Bolivia, son los países con mayor potencial en la producción de biodiesel, por sus cultivos de soja o palma aceitera.
Situación que no ocurre con los países centroamericanos, cuya dieta se basa en el maíz cuya disponibilidad podría ser afectada, y también con los del Caribe por la falta de tierras disponibles y aptas para dedicar a los cultivos energéticos.
El documento consigna que los programas de bioenergía podrían representar grandes oportunidades en los países con potencial bioenergético si apuntan hacia los pequeños productores.
Fuente: El Mercurio de Calama.