El secretario ejecutivo de la Asociación de Empresas Eléctricas -entidad que agrupa a las distribuidoras- Rodrigo Castillo, sacó la voz para alertar de los riesgos que enfrenta el sector. Claro y directo, afirmó que “cualquier demora en algunas de las centrales consideradas en los planes de obra podría implicar una situación de falta de suministro”.
Y es que a su juicio “se acabó el tiempo” para esperar que los proyectos de inversión en nuevas centrales eléctricas que tienen en carpeta las generadoras y considerada la Comisión Nacional de Energía (CNE) en sus proyecciones de suministro para los próximos años, superen sus trabas medioambientales y burocráticas para su materialización.
-¿Por qué la premura?
– La Ley Corta II se dictó para destrabar las inversiones tras los cortes de gas. En la práctica, lo que fue el primer proceso de licitación de las distribuidoras nos demuestra que existe una gran cantidad de proyectos en generación. Hoy, la prioridad ya no está puesta en incentivar la inversión, sino en la velocidad de despliegue de éstas.
Hay un período que se ha comentado muchas veces que está entre el 2009 y 2011, en el que se requieren que entre una gran cantidad de energía. Cualquier demora en algunas de las centrales importantes que están consideradas en los planes de obra de la autoridad podría implicar una situación de falta de suministro.
-¿Cortes de energía. Así de grave?
– Si se llegara a juntar un año seco con demoras en la entrada de centrales, sí podríamos estar en una situación realmente grave. Pero considerando ciclos hidrológicos normales, el atraso en la entrada de centrales lo que podría implicar es mayores costos durante ciertos períodos de tiempo, cosa que no es buena porque genera incertidumbre en la industria y en los consumidores, respecto de cuales deberían ser los precios de largo plazo.
– ¿Qué tiene en riesgo las inversiones en generación?
– Cuando uno conversa con las empresas, probablemente la mayor incertidumbre para proyectar los plazos de entrada en funcionamiento de centrales, particularmente térmicas, está dada por los permisos ambientales. Y otro elemento, es que por el nivel de desarrollo de algunos países asiáticos, estamos teniendo tiempos de demora en la entrega de turbinas a carbón superiores a los estándares normales: sobre los 40 meses.
– ¿Quién debe acelerar este proceso, el gobierno o las empresas?
-Las empresas están dispuestas a entrar todo lo rápido que puedan, porque los incentivos están. Pero el mensaje que están recibiendo en la velocidad de gestiones ambientales es otro. Nadie pide que se aprueben, sino que el trámite sea más expedito, y en ese sentido, creemos que ha habido muchas declaraciones respecto a modificar el sistema, de crear fast trakers, etc, pero la verdad sea dicha, no hemos visto aún los resultados que se requieren. Y eso no es algo que diga solamente yo; Carlos Mladinic señaló que una de sus prioridades es destrabar las gestiones de los proyectos eléctricos.
-¿Y dónde están puestos los ojos de la industria, en Mladinic o el ministerio del Medioambiente?
– Esperamos que las discusiones sobre la institucionalidad del ministerio del Medioambiente -que se están teniendo- no implique demoras en lo que es urgente. Esa discusión debe correr en paralelo con la necesaria diligencia en la aprobación o rechazo de los proyectos eléctricos. Ni Mladinic, ni el ministerio de Medioambiente, ni los fast traker que quieras, van a hacer por sí solos el elemento diferenciador. En Chile el sistema de calificación ambiental es complejo, en el cual, están involucrados una serie de servicios regionales, por lo tanto, se requiere coordinación de todos los estamentos estatales involucrados, a efecto de que existan costos a las demoras. No puede ser gratis para aquellos encargados de tomar decisiones, cuando se demoran en tomarlas, porque eso implica el retraso de la implementación de proyectos que son imprescindibles para el desarrollo del país.
-¿A qué se refiere con que hay que pagar costos?
– Los gobiernos saben muy bien cómo hacer responsables a sus integrantes respecto de sus obligaciones. No podemos aceptar que existan jefes de servicio que no le den prioridad a estos temas.
-En vista de esta situación. ¿Qué espera del ministro de Energía, Marcelo Tokman?
– Esperamos que sea consciente de que hoy se requiere que las decisiones se tomen rápidamente, que las prioridades que se fijen sean las correctas, que no perdamos tiempo en ciertas discusiones, y que seamos capaces de comprender como país que del desarrollo de nuestro sistema eléctrico depende el desarrollo del país. Por lo tanto, debe existir una relación entre la institucionalidad energética y la medioambiental, estrecha y constante, porque no hay tiempo que perder para destrabar las inversiones en generación; y que cuando hablamos de diversidad de la matriz no podemos confundirnos: esta se da por diversidad entre nuestros potencial hidroeléctrico y térmico, por lo que las energías renovables no convencionales debiera ser secundario.
No al subsidio a las renovables
Una dura crítica al proyecto de ley de Energías Renovables No Convencionales (ERNC) realizó el secretario ejecutivo de la Asociación de Empresas Eléctricas, Rodrigo Castillo, quien se manifestó contrario a que se otorguen subsidios para su fomento.
“Difícilmente las ERNC, en el corto o mediano plazo, podrían significar un aporte real a la diversidad de la matriz. Entonces, la pregunta es: ¿Debemos priorizar como país una ley que lo que hace es subsidiar este tipo de energía?”.
Y responde: “Dadas las circunstancias actuales mi respuesta es que no. No deberíamos estar priorizando un subsidio a las energías renovables. Lo que deberíamos estar haciendo es tener una discusión seria y acciones serias en torno a lo que importa: verificar que aquellas centrales que realmente van a aportar al sistema y que nos van a dar seguridad entren a tiempo”, afirmó.
Fuente: Diario Financiero.